Los supervisores

sábado, 31 de julio de 2010

Me doy cuenta de que engordé porque...

... los amigos que antes me llamaban "la flaca" ahora usan mi nombre o sonríen de costado al decirme así.

... fui a visitar a una tía de esas bien viejitas y adorables que siempre están preocupadas porque te ven flaca y desnutrida, y luego de darme un beso me miro y me dijo "Engordaste mucho vos; esta vez nada de struddel, manzanita nomás".

... tengo más ropa que no me entra que la que sí.

... mi capacidad de combinación se vio reducida a dos jeans elastizados, una calza, una babucha y dos camisas. Nada más.

... antes me preocupaba por estar linda. Ahora me preocupo porque la ropa me entre y por poder respirar (aunque sea un poquito).

... tuve que dejar de usar ciertos calzones porque el elástico me cortaba la circulación.

... no sólo me aprietan los calzones, ya hasta hay anillos que me quedan chicos.

... cada vez que mi novio me dice "gordita" me dan ganas de llorar.

... mi idea de algo pecaminoso es la de comerme un imperial ruso bañado en chocolate mientras tomo un capuccino con una barra de chocolate amargo en el medio.

... se hace cada vez más difícil compartir una cama de una plaza... ni siquiera con mis perritos tamaño chihuaha.

Y lo más patético de todo es que, por más que engorde una tonelada y media, jamás de los jamases me crecieron las tetas. Los corpiños siguen bailándome, invitando a ser rellenados con bollos de papel higiénico para crear la ilusión óptica de que hay algo ahí.

viernes, 30 de julio de 2010

Milaneseros Anónimos

-Bienvenidos a la reunión del grupo de Milaneseros Anónimos. Hagan el favor de usar sus antifaces, máscaras, bolsas de papel, y decir sus apodos elegidos, cosa de no perder el anonimato; si hiciesen trampa, deberíamos cambiarle el nombre al grupo, lo cual también traería acarreado el cambio del nombre de la personería jurídica, las boletas, los afiches. Hagan el favor de seguir las reglas. ¿Listos? Bueno, este grupo es para todos aquellos que desean dejar atrás el flagelo de la milanesa, para los que sienten palpitaciones al oler el aceite quemándose en el aire, sudan frío si pasan una semana sin comerlas, y no se resisten al encontrar un pedacito en la heladera. Acá nadie los va a juzgar, todos estamos en la misma situación. No importa si es con Sabora, limón, mayonesa o mermelada, gustos son gustos. ¿Quién quiere hablar primero? A ver vos, la de la máscara de Heman.
-Estem, hola, mi nombre es...
-No tu nombre no lo digas, un apodo, algo que te haga sentir identificada con tu problema y te ayude a liberarte.
-Bueno. Hola, díganme Mayoliva. Mi problema empezó a la tierna edad de 4 años; mi abuela hacía las milanesas más ricas de mundo, y a partir de ahí nunca más pude parar. (Lágrimas) ¡¡¡Necesito dejar de romper mi dieta cada vez que hay una milanga cerca!!!

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Perdonen el delirio previo, pero me vendría bárbaro que exista tal grupo. Ayer mandé la dieta a Abu Dhabi. ¿Nada mal para el tercer día no? Comí un delicioso sándwich de mila con tutti, fanta y a la tarde una deliciosas chipas con mucho mucho queso. No fue premeditado, viaje y comí... Los viajes y la dieta no van muy bien juntos. Y lo que tampoco va muy bien con mi dieta es mi falta de control. ¡No puedo gente! Veo una mila y es más fuerte que yo. Creo que si me dieran a elegir entre Brad Pitt en tanga y una mila, me quedo con ella (sobre todo porque con este cuerpo milanesero Brad Pitt no me va a dar bola).
Tampoco la pavada de terminar haciéndole caso al Chino pakuense... pero... ¿alguien me puede dar un consejo para vencer esta adicción? ¿Existirán los parches de aceite y pan rallado? ¿Alguno conoce a un capo de Bazooka? Si es así, ¿le pueden pedir un chicle con gusto a mila de carne edición limitada y especial?

jueves, 29 de julio de 2010

Cuento Chino

Ayer a la mañana, fuí a ver a Martín, para la dichosa entrevista de perfil. Me tuvo una hora en interrogatorio, mirándome con ojos de señor Miyagui y haciéndome preguntas como éstas:

"¿Cuál crees que es tu vibración y hacia dónde te dirije?"
"¿Naciste por parto natural?"
"¿Te amamantaron?"
"¿Qué olor te gusta?"
"¿Podrías enumerar ocho principios que te ayuden a cumplir tu meta?"

Yo, que soy muy sarcástica, cerrada y pragmática, le respondía con evasivas. Me sentía como si estuviera en un libro de Bernardo Stamateas. Mientras, él escribía en la computadora y no me dejaba leer nada, como cuando el psicólogo garabatea en su cuaderno; decía una palabra y él escribía cien. Y mientras tanto, yo experimentaba una especie de vergüenza extraña, como cuando vas a confesarte a la iglesia antes de la primera comunión y le cura te pregunta si le robaste plata a tu mamá alguna vez y cuantas veces mentís en el mes.

En esa charla, le confesé que sucumbí al llamado milanesero, y que no pude cumplir con su dieta de frutas por un día. Me dijo que estaba todo bien, que lo tenía que hacer por mí y no por él, y que cuando sintiera que no podía lo llame. Osea, se iba a convertir en una especie de padrino de A.A. Y que por no haber cumplido, la dieta frutal tenía que hacerla por tres días. Me dijo que volviese a las cinco de la tarde para que me pase bien el tratamiento, los horarios y los costos. Yo no entendía mucho, pero por no despreciarlo, por ser mi amigo, le dije que bueno y me fui.

Volví a las cinco: empezó a explicarme que íbamos a hacer acupuntura, masajes, dieta especial, entrenamiento particular, reiki, equilibrar las energías y que sé yo que más. Y yo me empecé a poner nerviosa. Cuando me dijo cuánto me iba a costar, casi me da un soponcio. Precio de amigo, sí, pero me salía más caro que la cuota de la facu privada más cheta de la provincia. Yo le aclaré que se lo agradecía con el alma, que notaba que lo había pensado mucho y que le importaba ayudarme, pero que yo no podía pagar eso ni hipotecando el futuro de acá a diez años. Así que me dio la segunda opción, que era tomar clases de nosequé en su academia y hacer acupuntura. (A mí las únicas agujas que me gustan son las de hacer tatuajes y piercings). Y "de onda" me pasó el menú que debía comer de ahora en más:

Entre las 5 y las 13 hs: sólo frutas
Almuerzo: cereales
Cena: sólo verduras crudas a partir del 12 de agosto.

Nunca más un galletita, ni de agua ni sin gluten ni nada. Nunca más ni carne ni pescado ni pollo, y que ni me atreva a tocar un yogurt ni un pedacito de queso. Y chaque con el mate y el café (¡éste chico me quiere ver morida muerta!)
Yo me reía, le decía que me quería matar de hambre, que estaba loco, y él me miraba con ojos de chino enojado. Supuestamente esta mañana tenía que ir a mi primera clase de nosequé y a mi primera sesión de acupuntura. Pero como me voy de viaje en media hora, safé. Ahora, tengo que buscar la forma de escribirle un mail amable y cordial explicándole que le agradezco el esfuerzo, pero que conmigo no cuente.

Y pensar que todo lo que yo quería era hacer ejercicio... Voy a tener que seguir buscando otra actividad, en la que no me quieran volver un hamster, matarme de hambre, o mirarme con cara de "sos una gorda angurrienta" cuando le pregunto qué puedo comer de colación.-

miércoles, 28 de julio de 2010

Permití-dos

Hoy rompí la dieta: me comí dos pedacitos de milanesa en sándwich y seis galletas sin gluten con gusto a queso.
Antes de ayer, había ido a ver a un amigo que es Maestro de Pakua, una especie de ensalada marcial que toma lo mejor de la sabiduría china (al menos eso es lo que entendí).Martín, el Maestro, me hizo un par de preguntas, con cara de serio y reflexivo, y me dijo que combinando masajes, acupuntura y entrenamiento, el me va a ayudar a no sólo dejar de morfar, sino a también dejar de fumar, bajar el estrés, sentirme joven (loco, tengo 25 nomás), y no sé que más. Yo que lo conozco hace bastante, le tomé la palabra y quedé en que el miércoles a la mañana volvía para que me haga la entrevista de "perfil" y empezar con el proceso. También me conozco bastante a mí, y sé que soy de esas minas que pagan el mes de gimnasio adelantado, hace un sesión y no vuelven nunca más. Pero prometí hacer el esfuerzo de ir, porque estoy motivada... Igual ya le fallé: me dijo que todo el martes tenía que comer solamente frutas. Pero al mediodía, la verdad que el hambre pudo más y le entré al pescado a la portuguesa... Igual es pescado, no engorda, ¿cierto?
Pero lo peor vino a la noche, cuando mi madre compró milanesas, y ahí se desvaneció por completo mi fuerza de voluntad y no pude negarme a entrarle a dos sándwiches con lechuga y Sabora. Yo sabía que esto no iba a ser fácil, y que mañana cuando vaya Martín me va a retar en chino... mientras no saque la Katana y me haga la gran Kill Bill todo bien.
Veremos, por ahora sigo caminando e intentando no sucumbir a la tentación de ir a la panadería a comprar mosaiquitos.

martes, 27 de julio de 2010

Txumari Artieda

La primera vez que hice dieta, bajé tanto (30kg) que mis amigas me pedían consejos para bajar de peso. Una de ellas me empezó a llamar así por el gallego yuyero que estaba de moda en ese entonces. A los 15 años me transformé en una especie de referente dietóloga. Como esas amigas que tienen relaciones primero, a las cuales las toman de gurú del sexo, yo era el gurú de la dieta. "Comé siempre pan tostado"; "La sopa de repollo colorado es lo que más llena"; "Cuando te mueras de hambre, tomate un litro de té de tilo de una. Te calma y te llena".
En esa época yo ya me había ido de mambo: vivía a chicle, té y sopa de vitina. Nadie quería venir a dormir a casa porque sólo había sopa de repollo.
Y eso fue así hasta que terminé la secundaria y me fuí a estudiar a Tucumán. Ahí pasé a la dieta del estudiante: arroz, fideos, uno que otro sándwich de milanesa (cuando andaba gastadora) y pochoclo. Sobre todo este último. Lo más barato, lo más rápido y lo más "divertido". Comer un huevo frito pasó a ser un lujo. Cuando venía a casa en vacaciones, mi mamá me recibía con un super guiso de arroz, moneditas de queso, y coca cola. Era el menú supremo. No había nada más rico. En verano y en invierno, me dedicaba a engordar un par de kilos antes de volver a Tucumán, donde los hacía durar, como un oso en invierno, hasta las próxima vacaciones.
Cuando dejé la carrera y volví a mi ciudad natal, entré a trabajar en una pizzería (el primer ataque a la silueta, ya que podía comer lo que quisiera del menú porque era gratis) y me puse de novia. Y así, de a poco, mi veta de Txumari quedó aplastada bajo una montaña de hidratos de carbono y grasas saturadas. Ahora ya hace unos días que intento hacer memoria para recordar mis consejos y ver si aún me sirven.
Por hoy, puedo decir que caminé mucho, comí sin sal, desayuné unas deliciosamente insaboras galletitas de agua con ricota light, comí pechuguita con ensalada de lechuga con aceite de oliva y sin sal, cené sopa sin sal, y de colaciones tuve un yogurcito ser y un puñado de granola.
De a poco me voy a volver un hamster mientras siga con mi dieta insabora, inolora e insípida. Pero si todo sale bien, voy a estar flaca y sin celulitis.

domingo, 25 de julio de 2010

95-62-80

Hasta los 14 años, yo fui así.Y en la escuela sufría como loca, y tenía todos esos maravilosos que suelen colocarte los compañeros con mucho cariño: bola de cebo, manzana (?), ogro, etc.
Y como la pasaba espantosamente mal, un bello día (luego de ver esta foto) decidí hacer dieta, la cual fue difícil y dura, porque era mucho lo que tenía que bajar, y me costaba muchísimo dejar de comer. Pero gracias a eso, al cabo de un año, llegué a pesar 65 kg. Pasó el tiempo, me mantuve muchos años en ese peso y me sentía bien. Llegué a pesar 62 cuando hace tres años me puse de novia.

Y ustedes saben que no hay nada más hipercalórico que el amor. Y lentamente, sin notarlo, fui subiendo de a poco, y en este momento peso 79.9. Puede no parecer mucho, pero les puedo asegurar que sí lo es, y es espantoso.



Esa es mi panza en este momento. Hace 11 años que había dejado de tener una, y sinceramente no me gusta en lo más mínimo. El placard rebalsa de ropa que ya no me entra. Por eso, le declaro la guerra a mi panzota y le digo "El lunes vas a ver". Si todo sale bien, voy a bajar todo, y voy a sentirme linda de nuevo. Es raro, pero también es cierto que no me dan ganas ni de salir al kiosco a comprarme puchos. Me la paso laburando en la máquina, y ahí morí, ni caminata ni baile ni nada. Trabajo en una plataforma virtual como tutora de la que fuera mi carrera, y estudio una licenciatura también en forma virtual. A eso sumémosle que el último mes me la he paso sentada por aproximadamente 16 horas diarias frente a la compu para terminar mi tesina, y esa fue la gota que rebalsó el vaso, porque gracias a eso engordé los últimos cinco kilos. Este fin de semana lo voy a dedicar a despedirme de la comida chatarra, de la coca, de los chocolates y de las milanesas que tanto me gustan, y el lunes le voy a entrar a la sopa con todo. Si ya lo hice una vez, lo voy a poder hacer dos veces. ¿No?


sábado, 24 de julio de 2010

Señora ÉSTA

La próxima vez que vaya a un negocio y me digan "señora", creo que me voy a largar a llorar.

Ayer creé este blog porque sí, como ya expliqué. Pero desde entonces, una catarata de ideas se me estuvieron arremolinando en la cabeza, y hoy me encontré poniéndole un nombre y ,podemos decir, encontrándole una razón de ser.

Tengo 25 años, y estoy de novia hace tres. También soy muy alta (1.85), razón por la cual me cuesta darme cuenta cuando engordo. Y cuando me doy cuenta, ya está hecho el daño. La semana pasada me pesé y descubrí que había engordado 18 kilos. Se sintió como si una mini-CaterinFulop le pegara cachetadas a mi conciencia mientras cantaba "te lo dije" con ritmo caribeño. No es que no haya tenido señales de alama; de un tiempo a esta parte, cada vez que voy a un negocio, me tratan de señora, pero como creo la gente es estúpida, y acá asumen que a los 25 una ya debe tener como mínimo un hijo, no me preocupé demasiado. Pero no fue la única señal. Antes me tenía que poner los jeans con una calza debajo para que no me sucediera la gran Cantínflas y quedarme con las cachas al aire en la calle. Ahora, si la calza me sube sin hacer fuerza y sin quedar parecida a un matambre, es un milagro. También tengo un tapado que amo, el cual se cierra con botones a presión; hoy me senté con el tapado puesto y los botones saltaron dejando que mi panza se asomara para recordarme que ahí está.

Pero el peor de los comentarios me lo hizo una amiga ayer, una de esas que nunca dicen nada inapropiado, de esas que son políticamente correctas hasta en cuando van al baño. Estábamos por comer un asado en su casa, con su marido, su madre, y mi maritrucho, cuando le dijo a mi chico que el buzo que llevaba puesto lo hacía parecer gordo. Yo contesté por él (como siempre) diciendo que la gorda de la pareja era yo, y ella tajante sentenció "Sí, vos estás regorda". Me quedé dura, porque sinceramente no me esperaba que lo dijera así, como quien saca una curita de un tirón. Y para arreglarla agregó: "Bueno, pero ya encontraste tu amor, así que te podes relajar".
Puede ser. Es sabido que mucha mujeres se achanchan cuando están en pareja. Y aparentemente yo no soy la excepción. Pero no me gusta, y no me conformo. Así que a partir del lunes, me voy a poner en campaña para bajar esos kilos malditos. Y ese es el objetivo del blog. Acompañarme en esto. Tal vez si lo hago público, no termine sucumbiendo a la tentación de una paquete de chizitos o de una mega-hamburguesa con todo y aceitunas. Veremos que sucede.

viernes, 23 de julio de 2010

Uno más y van...

Éste debe ser probablemente el sexto blog que creo, y también es muy probable que lo termine abandonado como a todos los anteriores. Es más: ni siquiera tuve la intención de crearlo; entré desde esta cuenta a blogspot buscando la que administra uno de mis blogs abandonados.

En ese estuve leyendo unos cuentos llenos de errores de ortografía, y me dio tanta vergüenza ver que escribí "por que" separado cuando no era interrogativo o "tenia" sin acento como si fuese el parásito y no el pasado de tener, que decidí salvar mi imagen de docente corrigiéndolos; no sea cosa que caiga uno de mis alumnos lo vea y diga : "Ah, mirala vos a la mina ésta, que me baja puntos por escribir "si" sin acento cuando es afirmativo o me vive retando porque uso muchos adverbios terminado en -mente".
Como sea, ésta no es la cuenta, y éste no es el blog que buscaba, pero ya que estamos, vamos, y acá estoy escribiendo por llenar un espacio, como quien completa una encuesta online con tal de no tener que seguir haciendo el trabajo atrasado.

Éste blog no tiene ningún propósito claro, o una meta prevista. Los otros blogs que tuve sí. En uno me propuse colgar mis cuentos infantiles, con el propósito de que el hada mágica de los cazadores de talento editorial lo descubra... Patética; sinceramente, viendo ahora esos errores, ni yo me contactaría. O tal vez sí, pero para regalarme un manual de ortografía y gramática de la lengua castellana, o para darme un tongo.

Otro blog que tuve era la forma digital de tener un diario íntimo, y colgar mis poemas de amor suicida, en una época en la que me la daba de intelectual profunda y deprimida. Si hoy me encontrara con esa yo, le regalaría una coca, y de paso me diría que no tenía ningún motivo para ser tan dramática, que lo peor estaba por venir, y que al menos la cola estaba en el lugar donde tenía que estar, osea, arriba de las rodillas.
El último blog que creé (el anterior a éste), era un alterego mio, bah, en realidad era un pseudónimo para poder descargar mi veneno online y despotricar contra la gente y las cosas que me molestan día a día, sin correr el riesgo de que alguien lo encuentre y diga "¡Ay, mirá lo que escribió esta zorra de mí!" y tener que bancarme represalias laborales, estudiantiles, o amistosas.
De los demás ni me acuerdo, pero por ahí están, juntando polvo y ni un sólo comentario.

En fin, hola y chau blog nuevo, fue lindo conocerte, pero no esperes que vuelva, porque escribir todos los días me da fiaca, soy remil inconstante en todo lo que hago, y no va a ser ésta justamente la excepción.