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Mostrando entradas de mayo, 2012

Más raro que la m...

Viernes 18 de mayo: día raro si he tenido. En primer lugar porque tuve un feriado inesperado: Aysa decidió cortarle el agua al colegio, por lo que no trabajé hoy. Entonces fui a la ferretería y no va que se me quiso colar alguien. Raul Portal. Sí, sí, blogueros, el ídolo mascotero quiso colarse en la cola sin número, a lo que yo correspondí con una mirada fulminante y se ve que mi larga presencia le ganó a su cualidad de famoso, por lo que se fue para un rincón y se quedó esperando lo más bien. Por la tarde, recibí un mail muy extraño de una estudiante de traductorado pidiéndome trabajo, ya que yo soy "una renombrada traductora" y otros tantos piropos más. No le respondí, claro está; suena a cargada, sobre todo porque de renombrada y de experta tengo tanto como de electricista. Pero, ya que a esta piba no la conozco, decidí googlearme para ver de dónde cuernos podría haber sacado mi mail e imaginado tales atribuciones, y ahí descubrí otra cosa extraña. Encontré en el blog d...

Hay que exocisar la puerta (y la cabeza de la dueña)

Hace más o menos un mes perdí las llaves de mi casa. Llamé a un cerrajero. Rompió la puerta y la cerradura. Me quiso cobrar 1650 pesos. No le quise pagar. Me amenazó durante dos horas. El seguridad del edificio le dio la razón porque le tenía miedo. Arreglamos por 800. El chabón era un delincuente, las denuncias en defensa del consumidor con el mismo modus operandi lo confirmaron. A raíz de esto, hoy tengo tres juegos de llaves: uno que me cuelgo al cuello, otro en la cartera y otro en la alacena, que pronto irá a la casa de una amiga. Hoy, luego de un largo día de trabajo, decidí regalarme el no cocinar y llamé a los chinos. A la media hora, suena el timbre. Me cuelgo la llave al cuello y salgo sin cerrar. En eso siento que Irma estaba haciendo juego con sus llaves. Para evitar que pudiera meterse en casa a chusmear (sí creo que es de esas y sí, por lo general, la puerta se abre sola) quise cerrarla. Oh sorpresa, otra llave estaba del lado de adentro. Sale Irma; para evitar ...

La Irma

Cada edificio tiene sus bemoles y sostenidos vecinos extraños. En el mío hay varios: el vecino de al lado que es sordo, la familia de gitanos del 5to, el guarda de seguridad cobarde (a quien oportunamente le dedicaré un puteada en otra ocasión), la cieguita del 4to y la nueva adquisición: La Irma del 14 A. Justo enfrente a mi puerta está la suya. Y le tengo miedo. Hace un par de días la Irma estaba haciendo patys a las 12 de la noche y se puso a balancear la puerta (a la cual le falta aceite y hace ese ruido a metal que da dolor de dientes) para que saliera ese olor a bife grasiento. Mi vieja y yo estábamos volviendo del teatro. A partir de ese momento, la Irma sintonizó sus antenas hacia nuestro movimientos y durante los días que siguieron a la estadía de mi madre, la siguió al Coto, a los chinos, a la panadería y a la verdulería. Sé que se llama Irma porque mi madre la saluda y se ríe y se puso a hablar con ella. Quiere que la invite a tomar mate. Ni en pedo. Ahora que mi...