Los supervisores

viernes, 31 de diciembre de 2010

Chau, chau, chau, Año viejo. Hola, ¿qué tal, Año nuevo?

Cuando era chica, a las doce se podía oír esa canción en la radio local. Ahora ya no soy más chica (ni de edad ni de tamaño), pero siempre me salta en la memoria esa canción cuando llega esta fecha. La busqué en youtube pero no está. Pero no es el motivo de este post, el motivo es que a veces me gusta ser igual que todos los hijos de vecino y hacer el consabido balance. Para mí fue un año copado, con muchas vueltas de tuerca y cambios esperados e inesperados. Me recibí, conseguí mis primeros trabajos "en mi elemento" y hasta me di el lujo de rechazar cosas por no tener tiempo suficiente. Viajé, me reencontré con gente muy querida y pude cerrarle la puerta a amistades tóxicas sin miedo. Estuve a dieta, bajé alguito y decidí dejarme de joder con  preocuparme tanto acerca de como me veo. Creé este blog y gracias a el conocí gente nueva muy divina. Decidí mudarme a Buenos Aires y ahora lo concretaré a partir de enero. Estoy contenta y entusiasmada. Para mí el 2010 fue un año muy bueno y lo voy a recordar con cariño. Espero que para ustedes también lo haya sido, y en caso de que no fuera así, que en el 2011 puedan tirar la casa por la ventana de tanta bienaventuranza junta. ¡Felicidades!


¡Y a descorchar todo lo descorchable!

miércoles, 29 de diciembre de 2010

Off you go

Luego de una corta y efectiva charla con mi madre, logré organizar mi marullo de cabeza y puedo contarles que me voy contenta (pero igual, un poquito temerosa) a la ciudad con el intendente más pejerto de Argentina. Los gatos quedarán acá hasta que tenga una morada fija y mi partida se dará a fines de enero, una vez que me haya ocupado de todos mis asuntos misioneros (o misionenses, como dicen ciertas profesoras de lengua). Así que eso, me voy a aprender a caminar con cara de ojete y a putear piqueteros (?), a hablar con la "sh" y a convencerme de que más allá de la General Paz tan sólo se encuentra el abismo... Mmm, aunque pensándolo mejor, el objetivo no es volverme una boluda más en la ciudad de la furia, sino exprimirla como una naranja cuyo jugo será vertido en la ensalada de frutas que llamo vida (¿cómo estoy eh?).

martes, 28 de diciembre de 2010

Aquí en la tierra

En estos tiempos de cierre de año me encuentro meditabunda. Estoy por hacer un cambio GRANDE en mi vida y, si bien rompí mucho la existencia de cuanto ser humano me rodea para poder lograrlo, ahora que falta una semana (como mínimo) para hacerlo, no sé si está en mí el coraje de llevar a cabo mi cometido. Supongo que cualquier hijo de vecino tiene miedo al cambio, pero yo me parezco mucho a la chica esa de la propaganda de detergente que cuando las cosas se acaban queda loca. Bueno, en este caso no es lo que se acaba lo que me tiene dando vueltas calladita (porque si alguien se entera es probable que me putee) sino lo que está por empezar. Desde que tengo uso de razón he querido vivir en Buenos Aires. Son anécdota familiar las pataletas en Retiro siendo niña cuando debía volver de las vacaciones de invierno pasadas en el depto de Chacarita donde vivían mis abuelos. También puedo recordar que hice todo lo que estuvo a mi alcance para que mi madre y mi tía no vendieran dicho depto al morir los viejos, porque mi idea adolescente era armar los bolsos una madrugada y escaparme para ir a ser descubierta por Cris Morena mientras paseaba por el Alto Palermo. Al terminar la secundaria también insistí hasta el hartazgo para que me dejaran vivir allá mientras estudiaba, pero no hubo caso, y, como ya saben, terminé bastante más al norte, viviendo en Tucumán. Durante años mis visitas que iban a durar tres día duraron una semana como mínimo y siempre volver a Posadas ha sido lo más horrible del mundo. Hasta ahora. Habiéndome recibido y contando con dos posibilidades laborales puedo mudarme. Hasta tengo dónde quedarme; gracias a la generosidad de una amiga que sólo me pide que le pague las expensas mientras ella se va de mochilera por el sur. Hasta tengo un tortolito que me espera con damascos y mimos y los brazos abiertos. Pero ahora que falta tan poco ya no sé si me quiero ir. O sí, quiero, pero tengo miedo. Tengo miedo de dejar mi casa propia, mi madre lejos y la incertidumbre de si puedo llevar a mis gatos conmigo o no. Tengo miedo de que los laburos se caigan y no encontrar nada. Tengo miedo de que llegada la hora en la que mi amiga venda su casa no encuentre un alquiler que pueda pagar y termine viviendo en una plaza (con o sin gatos). Tengo miedo de que las cosas con el tórtolo no funcionen, y aunque no sea un factor determinante porque el deseo de vivir allá tiene historia, sé que todo es más fácil si tenés alguien que te abrace y te diga que todo va a salir bien. Tengo miedo de perderme y, aunque Clarín diga lo contrario, uno de los miedos que no tengo es a que me maten en la calle cuando salga a comprar puchos. 
Es raro, tengo mis ganas bailándome la tarantela en las narices, la posibilidad de estudiar carreras que acá no hay, de hacer cursos antes impensados, de ver recitales, de ir al teatro y de todo eso que siempre pasan por la tele y puteo por estar lejos... pero tengo miedo. Miedo a no saber si hay una red cuando pegue el salto entre la seguridad cotidiana y la inseguridad del ideal regado de infancia.

miércoles, 1 de diciembre de 2010

Cerrando puertas

A veces uno deja lugares, cosas o personas atrás, y retiene sólo los buenos momentos e idealiza el recuerdo, haciéndolo verse tan maravilloso y sublime que la nostalgia sigue formando parte de su vida diaria, y en este diario vivir no falta un momento en el que uno suspire y recuerde con una sonrisa. Pero volver y rescatar lo bloqueado, preguntar los "por qué" de ciertas cosas y analizarse ahora a la distancia puede ser muy iluminador. Y en eso ando en estos días tucumanos que hace tanto dejé de vivir. Cinco años (a cumplirse el 10 de enero) pueden ser mucho tiempo... pero para bien, siempre para bien.

lunes, 29 de noviembre de 2010

26

¡FELIZ CUMPLEAÑOS A MI!
Estoy en Tucumán y lo empecé tomando birras con mis viejas amigas matándonos de risa sobre los viejos tiempos... ¡estoy chocha!
Hoy escriban ustedes y dórenme la píldora un poco, vamos, sean buenitos, es sólo una vez al año que uno tiene su año nuevo personal...

jueves, 25 de noviembre de 2010

Tucumán mi-cumán

El lunes es mi cumple y lo voy a pasar en Tucumán. Hace cuatro cumples que no lo paso allá, así que estoy contenta, me encanta que mis amigos se estén peleando acerca de dónde voy a dormir, a quién voy a ver primero, a dónde vamos a salir... me hace sentir tan bien que después de tantos años fuera me sigan queriendo y extrañando como yo a ellos. Y será una gran fiesta gran porque tengo sobrados motivos para celebrar: volver a la ciudad donde conocí la libertad y las responsabilidades de la vida universitaria lejos de casa, ver a toda esa gente que me ayudó en momentos difíciles, que compartió alegrías y lágrimas, exámenes y noches en vela, recordar anécdotas de noches/tardes/días locos y no tanto, además de festejar que es mi cumple, que el sábado curso mi última materia de la licenciatura, que hace dos meses (casi tres) que me recibí del todo y brindar por cuanta novedad me vaya a encontrar allá. Este es un post meramente informativo de mi chochera, sepan disculpara la falta de desarrollo temático, simplemente estoy feliz y quería hacerlo saber.

lunes, 22 de noviembre de 2010

Playlists

Como tantas otras minitas, tengo mi set de canciones que conforman la lista de "música triste para sentirse peor".  Son la clase de temas que una se pone a escuchar cuando corta con un novio, se pelea con el jefe/madre (que a la sazón, son lo mismo), está hormonal, se le muere el hamster, etc. Pero lo mio tiene larga data. Ayer, como buen topo autista que soy, me quedé en casa, y buscando canciones "emotivas", caí en la cuenta de que mi maña masoquista musical viene desde mi más tierna infancia. Siendo hija única, con una madre que viajaba mucho y una padre que vivía lejos, no me faltaba oportunidad para presentarme una realidad novelera a mis tiernos oídos de niña quien, supuestamente, tenía el "corazón con aujeritos". Entonces ponía los discos (sí, discos, esas cosas negras que se rayaban de nada y se rompían fácil) de Promúsica del Rosario y Ruidos y ruiditos, y me daba cuerda a los lagrimales con Romance la de Cigüeña (La cigueña está muy triste, la cigüeña está llorando, ¿por qué llora la cigüeña? ¿por qué siempre está llorando?), Romance del enamorado y la muerte (un sueño soñaba anoche, soñito del alma mía...) y Tres hojitas madre, que si bien no es muy dramática, tiene una melodía bastante bajonera y cumplía con mi objetivo. Pasaron los años y estas canciones dejaron de surtir efecto, y fueron reemplazadas por otras. Más allá de la típica selección femenina de éxitos y clásicos de los 80 y 90, mis preferencias masoquistas son un poco particulares. No les voy a decir que me haga lagrimear la propaganda de Marolio, pero sí lloro con Phoenix from the Flames de Robbie Williams,  Trying your Luck de Strokes, Fly Away fron Here y Dream On de Aerosmith, Innuendo de Queen, y, por supuesto, Paranoid Android de Radiohead, el cual agradezco no haber tenido oportunidad de oír en vivo porque me hubiesen retirado del estadio en camilla con un grave cuadro de deshidratación, sobre todo porque es el tema moqueante de cabecera de más de uno. No son exclusivos, ojo, cualquier tema lo puede hacerte cabecear y lagrimear si lo escuchás en el momento justo en el cual tu fibra sensible está dispuesta a hacerte tambalear. ¿Y ustedes? ¿Cuáles son los temas que los hacen pretender que les entró una basurita en el ojo?


sábado, 20 de noviembre de 2010

Pichada y argel

En mi provincia, cuando alguien es mala onda, no quiere saber nada con nada o nadie, responde mal, se encierra en su casa y no responde a estímulos (salidas, visitas, invitaciones, etc) se dice que es un pichado y un argel. Bueno, yo soy una de esos elementos. Mis amig@s están hartas de invitarme a salir, a comer, a pasear, a ir al super, a lo que sea, porque siempre tengo algo para hacer que es más importante, más urgente, o más serio. Y como son mis amig@s y, supuestamente, me conocen, saben que la mayoría de las veces todo lo que diga son excusas. Saben que, si me invitan a salir un sábado a la noche y yo digo que tengo que trabajar/estudiar/lavar la ropa/levantarme temprano, cuando vuelvan de la joda me van a encontrar boludeando en facebook, actualizando el blog y, sí o sí, conectada al msn. Sin embargo, yo sigo utilizando estas excusas, porque aunque no quiera reconocerlo abiertamente, NO ME GUSTA SALIR. No me gusta tener que vestirme "de mina", ponerme zapatos incómodos, maquillarme, y "ponerle onda a la noche" si realmente no quiero hacerlo. Odio ir a bailar y que me pisen, me aplasten, me tiren fernet en la ropa, y tener que bancarme bailar con alguien para hacerle pata a una amiga; hablar a los gritos y que al otro día me zumben los oídos. Me rompe que tipo cuatro de la mañana estén todas desaparecidas, apretando en un rincón, y yo parada, sola y con cara de culo, porque estoy convencida de que al amor de mi vida no lo voy a conocer en un boliche (lo máximo que puedo encontrar es el amor de esa noche, y ya estoy grande para esas taradeces). Y también me jode que si decido volverme temprano (tres de la mañana) me vuelvan a decir que soy una "pichada argel" y se enojen conmigo.
¿Está tan mal que me guste estar en mi casa? ¿Es muy decadente quedarme tomando whisky con guaraná mientras leo y escucho algún disco que me guste? ¿Rompo algún mandato generacional o divino al no elegir salir a caretear la noche y a comerme al mundo?
Los típicos mensajes de texto que me mandan dicen algo así como: "Intentá por una vez decir que sí". O los llamados, hartos de negativas se resumen en: "vos siempre decís lo mismo, siempre las mismas excusas. ¡Salí por una vez en tu vida! Siempre preferís quedarte en tu casa, deprimiéndote y pensando demasiado".
Yo sé que en parte tienen razón, pero creo que lo que no saben es que a mi me gusta ser así. O al menos eso creo...

sábado, 13 de noviembre de 2010

La ALTA

Esto es un refrito de uno de mis tantos blogs abandonados. Lo vuelvo a poner acá porque describe perfectamente lo que es vivir en un envase XL. 



Siempre fui la última de la fila, La ALTA del curso, la escuela, el campamento, etc. Y lo escribo con mayúsculas porque ser La ALTA es un tema. Porque no es que soy alta común, a secas, así, sin artículo (o sea, 1,70 y piquito), sino que soy La ALTA, con todo el poder que le otorga a la palabra el uso de esa partícula odiosa. A la tierna edad de trece años pasé la barrera del 1,80, lo cual me vuelve una especie de "prodigio" (siendo amable) o "fenómeno" (no siéndolo). Y como ya dije antes, soy una suerte de "enlistadora serial", de modo que aquí están los motivos por los cuales ser La ALTA es una piedra en el zapato:

1-Las preguntas de desconocidos acerca de cuanto mido: ¿A la gente gorda se le pregunta así de buenas a primeras cuánto pesa? ¿A los narigones cuánto mide su nariz? Y a los normales, ¿se les pregunta por su altura? Más allá de que lo hagan con cara de admiración, es muy molesto tener que responderle a cuanta persona que uno se cruza en la vida acerca de la naturaleza de sus metros y centímetros. Y dentro de esto también entran aquellos a los que una vez que les contestás, te discuten: "Nada que ver, vos medís más que eso. Si yo mido __ y vos sos más alta q yo". Querido (porque por lo general son hombres los discutidores), sé cuanto mido, estoy segura porque tengo una balanza de médico en casa que tiene metro, así que si vos te mentís para sentirte mejor, no me transfieras tu automentira.

2-Los chistes berretas: "¿Hace frío allá arriba?", "¿Qué comés nena?", "A vos te dieron jugo de tacuara/sopa de vitosán/té de álamo", "Sos igual a Largo", etc. BASTA, por piedad, ¡basta! Si tu imaginación no llega más allá de los lugares comunes, te pido, te imploro, te suplico que te abstengas de dirigirme la palabra. Hace muchos años que escucho lo mismo, un poco de originalidad no mata a nadie y el uso de la mente ayuda a prevenir el Alzheimer.

3-Las actividades deportivas: la gente asume de manera automática que ser portador de piernas largas te dota para ser jugador de básquet, vóley o para ser modelo. Y si no haces ninguna de esas cosas te dicen que es un desperdicio. A ver, nunca en la vida fui buena para hacer deportes, siempre me golpeaba y me caía y perdía las pelotas, de modo que dichas actividades no son santo de mi devoción. Y en cuanto al modelaje, todas las nenas sueñan con salir en las revistas y yo también lo hice, pero no se me dio. De modo que vivan con la idea de que tener patas largas no te abre camino para ser nada de lo que la imaginación les dé a pensar.

4-Los Altos son pataduras: si bien no me imagino a Manu Ginóbili con tutú, tampoco quiere decir que los altos bailen mal. Si bien la coordinación de los miembros es un poco más "delicada" (muchos de nosotros somos torpes y nos llevamos cosas por delante), eso no indica que una vez practicada una disciplina, una no llegue a dominar bastante sus técnicas, ya sea que esto se transfiera o no a la vida cotidiana. De modo que a la profesora de danza clásica que a los doce me dijo que dejara la academia porque era demasiado larga y gorda para ser bailarina, le digo GRACIAS: debido a esto me metí en danza árabe y la paso regio sin tanto rodete ni dietas ni un carajo. Los Altos no somos personas discapacitadas, somos mejores, porque te rebajamos desde arriba, maldito tapper infecto.

5-Tener que agacharme para saludar u oír: siendo honesta, cansa. Vivo agachándome y no es de gusto, lo hago porque no oigo a la gente hablar, y también detesto tener que doblarme como un junco para poder saludarte. O hablás para arriba o te estirás y me das un beso, si no, hablale al helecho. No quiero joderme la cintura.

6-Los tipos inferiores: cuando era más chica y me gustaba alguien, una constante era que no me daban bola porque el que yo fuese más alta les daba vergüenza. Y yo andaba llorando por los rincones, intentando encogerme, deseando que la chiquitolina existiese. No sé por qué pasa esto, se sienten intimidados o disminuidos. Es sabido que el ego masculino es un tanto delicado, por no caer en la inferioridad de los hombres estúpidos. Me ha pasado de salir a bailar y que me saquen, pero en cuanto me paro, el pibe se asusta y se va. ¿¡¿¡¿¡CUÁL ES SU PROBLEMA!?!?!?

7-El novio de La ALTA: otro pensamiento generalizado es que los altos van con los altos y los chiquitos van con quien guste mandar. O que el hombre tiene que ser más alto que la mujer.  Lo primero que me solían preguntar cuando decía estar de novia era "¿Y cuánto mide?" o "¿Es como vos?" o "Supongo que también es alto". No doña Rosa, por lo general, le saco  un par de centímetros a mis festejantes, y si fuera tan estúpida como para fijarme en el rodado de aquella persona que me interesa merecería estar soltera. Y también jode que miren con cara de chiste o que se rían cuando camino con algún candidato. Yo no me río de tu cara de gansa o de que a tu novio le falte culo y le sobre panza, de modo que abstenete.

8-Los tacos: ante tanta pavada, he renunciado a ellos. No por lo que me dicen, sino porque odio tener que bancarme los comentarios, y para ahorrarme eso me he sumergido en el mar de la "in-elegancia" a la hora de las fiestas finas o de gala. Ahora, que las minas bajas usen chatitas es otra cosa que me saca, más allá de que apelen a la comodidad, los tacos solían ser un nivelador, al boliche, por ejemplo, iba tranquila porque sabía que mis amigas y el resto de las mujeres iban a ir con tacos, lo cual propiciaba que yo me sienta más cómoda y no tuviese que agacharme. Pero ahora que se puso de moda andar con taco bajo, no hay escapatoria. Ya nunca tendré esos momentos de tranquilidad.

9-Que tenés carácter fuerte: en mi caso si es cierto, soy bastante cabrona, pero no se debe a mi altura, sino a que me saca que la gente me rompa las pelotas. Ahora, también existen los altos tímidos, y no necesariamente de gusto. Muchos están traumados por años de comentarios estúpidos, como las cosas a nombré antes. A mí me ha pasado no conseguir laburos por ser "demasiado alta". Ahora, ¿hay una norma ISO que indique la altura que debe tener una moza o una vendedora de boutique? ¿Es verdad que la gente se asusta? No soy Freddy, basta con la pavada. Y tampoco es cierto que nos encante llamar la atención. Viene con nosotros, es una cagada, y la mayoría no lo disfruta.

10-Lo que haría el resto si tuviera mi altura y que "es re lindo": NO, NO ES RE LINDO. Por comentarios y cosas como las que nombré antes, ser alto o ALTÍSIMO es una molestia, un calvario, una joda. Y si tuvieran mi altura estarían igual de hartos o hartas que yo, porque les dirían las mismas cosas, y los mirarían de la misma forma que me miran a mí, y les haría sentir que son diferentes y que son raros o toscos todo el tiempo.

Como sea, a mí mi altura no me molesta. Lo que me molesta es la gente. La gente que trauma a otra gente porque no da con el estándar de la sociedad  "de los normales crotos", ya sea por usar lentes, tener aparatos, kilos de más o dientes chuecos.



He dicho

viernes, 12 de noviembre de 2010

Max J. Pound dice

Hace trece años entré por primera vez a un chat, y he tenido muchos cyber amigos desde entonces. Uno de los más antiguos es Max (aunque su nombre sea diferente, lo resguardo por motivos que conozco bien). Luego de diez años de relación virtual, y dos encuentros en vivo que terminaron de manera bastante penosa, sellamos un acuerdo tácito de prometer vernos nuevamente sin llegar a concretarlo jamás por el bien de nuestras charlas esporádicas y del cariño .com.
Siendo ingeniero, viajante y un hombre sensible de Flores, nuestras charlas se dan en términos de "usted". Nada mejor que dolinizar con este individuo quien me ha convencido de que "ojitos claros suman puntos".
Transcribo a continuación un extracto de una conversación acaecida el día de hoy.


Mariana a secas dice:
se ha enamorado así de sopetón alguna vez?
Max J. Pound dice:
 sí, pero me guardo el final para otro momento
Mariana a secas dice:
 por?
 supongo que no fue a lo hollywood o no estaríamos hablando de esto
Max J. Pound dice:
 jaja a lo hollywood no
 siempre termina en casamiento!!
Mariana a secas dice:
 jajaja  y qué tiene de malo eso?
 Perdone, pero del sueño Susanita no safa nadie, ni siquiera usted amigo y lo sabe. En algún momento, aunque sea un segundo, seguramente imaginó campanas, vestidos blancos y bailar como Fred Astaire a la luz de la luna...
Max J. Pound dice:
 no sé que decirle. mi sueño era más ser el 10 de san lorenzo o una estrella de rock. pero bueno juego a la play y toco un poco el piano de todas formas...
Mariana a secas dice:
 yo no digo que sea EL sueño de mi vida, mi sueño es tener mi editorial,  pero el amor siempre trae esas ensoñaciones... te guste o no.


No sé ustedes, pero yo creo firmemente en mis dichos. Nadie, por más huraño, solitario, gruñón o amargo que sea, está exento de tener un momento Susanita. Y el que diga lo contrario, que se siente a esperar, y cuando llegue, entra acá y me cuenta.

Otra vuelta de tuerca

Buenas. Tengo novedades: no estoy más a dieta. Jé. Decidí dejarme de joder: me siento bien, conforme y bonita; ya fue suficiente la tontera que me obnubilaba, necesito otra clase de desafío más importante e interesante que cagarme de hambre, peleándome con mi misma a ver si llego a recuperar la silueta de mis diecisiete. El 29 de este mes cumplo 26 años, y es hora de que pase a otra cosa. Así que se viene la restructuración del espacio virtual que albergaba a mis enredos ensaladeros, mis vergonzosos permitidos y puteadas a la balanza. No voy a ponerme a borrar cosas, no da, sería negar el pasado. "Yo era una infeliz"... hay que dejarlo saber, no sea cosa que me olvide. Tampoco me voy a dejar de quejar por sentir que estoy gorda, porque no voy a dejar de ser mujer, sólo voy a dejar de estar a dieta fija. También dejé de fumar, lo cual suma porotos a mi cartón de ser "largavida". Estuve quince días en Buenos Aires, mimada, malcriada, risueña, ilusionada, obnubilada y encantada de la vida, comiendo damascos, helado de Volta, y otras cosas riquísimas, sin sentir culpa alguna y disfrutando cada bocadito. Pero como no hay mal que dure cien años, ni bien tampoco, regrese a mis pagos, pero me dejé el alma allá cosa de ser contrera. Así que ahora estoy en mi casa, haciendo listas interminables nuevamente con ítems que van desde "alquilar el depto" hasta "reventarme los ojos laburando para poder mudarme a Buenos Aires en enero".
Bueno gente, ese es más o menos el panorama, ya no más diario de dieta, de ahora en más este va a ser el blog común y corriente de una mina ídem, sólo que con 1.85 de humanidad. Espero me sigan acompañando.

viernes, 22 de octubre de 2010

Como te digo una co te digo al o

Mariana 2-Ña Olga 0

Como les conté antes, Ña Olga tiene una hermana viejita que es sorda y siempre sonríe sin dientes. Hace un par de días, subía yo la escalera  y la señora estaba fuera de su depto cortando tiritas de bolsas de super. Le pregunté que hacía y me dijo que eran para hacer carteritas, acto seguido sacó una de una bolsa que tenía al lado y me la regaló. Yo le agradecí encantada, porque sinceramente está re bonita y me fui a casa. Cuando bajé la escalera para ir al super, llevaba la carterita al hombro. Ña Olga ya estaba afuera, yo saludé y Ña Olga miró la cartera, la miro a la hermana y puso una cara de ojete asombrado incontable.




Derrota al placard N°2

Cuando empecé la dieta y el blog, estaba en talle 44. Uno de mis pantalones favoritos es un chupín negro elastizado que me compré hace cosa de tres años para un casorio. No me subía de las rodillas y era una de esas prendas con las que me flajelaba mentalmente cada vez que me tentaba con comer un cacho de torta, una chipa, o lo que sea. ¡Me entra! Y no sólo me entra, sino que además me queda divino. Y es talle 40. No se bien que onda, porque bajé 6 kilos y monedas, pero la magia surtió efecto, y ya ando apretujada de nuevo con mi comodín.


Nuevo motivo

Cuando yo era pendeja y tilinga, tenía los mismo delirios místicos que el resto de mis compañeras de colegio, osea quería ser modelo, para lo cual contaba con el aval de medir demasiada mucha cantidad de centímetros. Por esa razón hice un curso del cual me recibí. Sí señores, soy modelo con carnet y cartón, aunque no ejerza. Un amigo tiene una boutique y me pidió que desfile el próximo 12 de noviembre. Al comienzo le dije que no, porque no estoy lo suficientemente flaca como para subirme a una pasarela y poner mi mejor cara de opa creidita. Como él no me ve hace cosa de un año siguió insistiendo hasta que me convenció. Por consiguiente, me sobran los motivos para cerrar el yurú hasta dicha fecha cosa de no pasar vergüenza.

lunes, 18 de octubre de 2010

Up and Down

La semana pasada fue un bajón. Primero porque estuve "en esos días" como rezan todas propagandas de ibuprofenos y toallitas, lo cual hizo que me infle como un sapo cucurú. Segundo porque corté con mi novio de tres años persona con la cual planeo/aba estar por siempre y para siempre jamás como en todos esos cuentos de hadas con los que nos lobotomizaron de chiquitas a la minas. Y tercero porque me intoxiqué con un cacho de chocolate y me pasé tres días con inyecciones, ranitidina y la mar en coche, comiendo arroz hervido y tomando té negro. Un divinor. En mi inocencia esperanzada creí que sería bueno mirar el vaso medio lleno y me subí a la balanza el miércoles pasado y había bajado dos kilos. Contenta dije "parezco un zombie, y nada de lo que ingiero dura en mi sistema más de cinco minutos, pero al menos estaré más flaca". NEGATIVO.
Me acabo de pesar. Estoy en 73.400, osea que aumenté 100 gramos de la última vez que me pesé oficialmente hace dos semanas. Era de esperarse en parte porque hace dos semanas que no puedo patinar (primero porque después de la caída mítica me quedó el culo a la miseria una semana y después estando intoxicada hasta caminar me costaba). Así que como es lunes y los lunes se empiezan las dietas, yo voy a recomenzar mi camino hacia la tierra prometida de la panza chata y la cola en su lugar. Diciembre está a la vuelta de la esquina y necesito pasar la barrera de los 70kg para entonces. ¿Por qué se preguntarán mis lectores light? Porque en diciembre me voy a Tucumán a visitar a mis amigos de antaño y no quiero llegar hecha una pelotita, quiero estar flaca y linda como cuando me fui. Quiero que mi apodo de "La Flaca" tenga sentido y que me reconozcan al toque. Así que bueno, manos a la ensalada, boca a la sopa y ¡que venga la magia!

viernes, 15 de octubre de 2010

Aventuras en el placard

Mi papá es médico, y durante mucho tiempo sus pacientes le regalaron cosas cuando no podían pagarle. Una de esas cosas es mi placard. Es un monstruo de tres metros de largo por dos cincuenta de alto por un metro de profundidad. Ocupa casi todo el espacio de la habitación donde está, dejando apenitas un lugar mínimo para una mesita donde apoyar la compu, y una biblioteca que rebalsa de libros de cuando era chica y de los de ahora. Además en esa pieza hay cuatro cajas enormes que casi llegan al techo llenitas de libros muy interesantes y pesados como "Compendio de enfermedades gerontológicas", "Tratado sobre nanomoleculas de la fibrósis quística", etc, que mi viejo promete llevarse cada vez que viene de visita y jamás lo hace. Más cachibaches, adornitos, papeles, fotocopias, apuntes y demás cosas que una va acumulando de tanto cambiar de carrera y nunca tira porque "a alguien le van a servir". Esta enormidad de cosas viven en un habitación de dos por cuatro (y no hablo de un tango, hablo de dimensiones). Como ven, el placard es el rey y emperador del "estudio" (tengo el tupé de llamarlo así porque la idea es trabajar ahí dentro).
Como les decía, mi placard es un monstruo de algarrobo, oscuro y tiene cara de malo. Y esta lleno de ropa y de cosas también. Digamos que soy una acopiadora. Todo sirve en algún momento es mi lema y por eso guardo mis shorts de cuando tenía 12 años y zapatos números más chicos "por si alguien viene a pedir" (o por si una amiga necesita, ya que son todas más petizas, y por consiguiente, menos patonas). Por esta misma razón, aunque mi ropero sea un socotroco gigante, no hay lugar para nada, y cada vez que una abre una de sus tantas puertas, corre el riesgo de morir aplastada por una avalancha de jeans, ositos, calzas, zapatos, lámparas, etc, etc. Y lo más triste de todo es que la mayoría de las cosas que hay dentro no me entran. Así que tomé  un decisión y entré a sacar cosas... y como suele pasar me colgué probándome los trajes de cuando hacía danza, los guardapolvos pintados de cuando terminé la primaria y la secundaria, el uniforme del colegio (sí, usamos guardapolvo y/o uniforme), abracé mi buzo de quinto, mi remera de séptimo y fui armando una pila con las cosas "inregalables". Después ataqué por el sector "ropa bolichera" y medio que me quise deprimir, porque son unos tops con brillos y lentejuelas que apenas si tapan las lolas y dejan la barriga al aire. Los miré primero con nostalgia, después con odio y luego con asco. ¿Pude yo haber sido tan groncha? ¿Yo realmente usaba ese trapo de lurex dorado que más pareciera una vincha que una remerita para salir a la calle? Algunos de esos cosos quedarían mejor en el placard de Lía Crucet... Corté por lo sano: se los regalé a mi vecinita de 17 que quedó encantada (sepan que el estilo gatúbela adolescente parece ser inmortal).
En total saqué tres bolsas de consorcio, una caja tipo de lavarropas a reventar, y una valija llenas de cosas. ¿Hay lugar? No. Y sin embargo yo me sigo manejando con tres jeans y dos pantalones de gimnasia. Si bien sucumbí a la tentación de dejar cosas que de acá a tres kilos usaré, la gran mayoría de mis ex amores de tela los regalé. Pero ahí sigue él, monstruoso, gigante, interminable, ocupando una habitación todita para él...

lunes, 11 de octubre de 2010

Cómo perder a un hombre en tres años

1-Póngase de novia en un rapto de locura y deslumbre ante las cualidades divinas de la persona que acaba de conocer.
2-Viva con intensidad y pegocheo todos los días.
3-Preséntele a su madre, quien lo adorará como a un hijo.
4-Disfrute de muchas risas y momentos inolvidables.
5-Empiece a depender de él todo el tiempo.
6-Deje que muy de a poco se instale una rutina.
7-No hable de lo que le molesta. Usted no tiene tiempo.
8-Enójese porque pasan cosas que le molestan pero diga todo cuando el vaso llega al borde, de mal modo, porque ya se saturó.
9-Disfrute de los cambios de la última discusión.
10-La rutina vuelve. Hágase la sota.
12-Repetir los pasos 5-6-7-8 y 9 muchas veces.
13-Listo...




Sapo y Marrana
Q.E.P.D
25/08/07-11/10/10

sábado, 9 de octubre de 2010

Salpicón de noticias

Visto y considerando que mi imaginación en lo que se refiere a los últimos tiempos se ha ido a un retiro espiritual en la Antártida y no me sale actualizar tan seguido como antes enlisto aquí los últimos acontecimientos acaecidos en lo que va de esta semana para que sepan en que ando (si les interesa, digo de pronto me parece):

1- Dieta: nubosidad variable: tranqui. Sin embargo, la lightificación se me ha complicado ya que ha sido un tiempo de visitas y demás, así que lo que puedo hacer es comer menos.

2-Pucho: frente de tormenta con probabilidades de alerta meteorológica: estoy intentando dejar, no sé si me va a salir, soy un murciélago convencido de que los Marlboro son caramelitos Sugus y me sampo uno atrás de otro.

3-Rollers: árido, seco: el viernes pasado me pegue un golpazo alucinante en la costanera, con el resultado de que se hicieron trizas (literalmente) mis protectores de muñecas. El lado amable es que gracias a eso no me rompí las manos. El lado poco amable es que me hice bosta el huesito dulce, así que me tomé esta semana de recuperación. Lo que más caliente me tiene no es el haberme caído, sino que en este pueblo podrido no consigo muñequeras decentes, la que hay salen un fardo y son una bosta, pero sin eso me da cosa patinar. Capitalinos amistosos: ¿no me mandan unas así pueda seguir con mi fantasía de Flash Gordon sobre ruedas?

4-Laburo: cielo despejado tirando a radiante: tengo un lugar nuevo donde dar clases, y esta vez mi jefa soy yo. Me subieron el sueldo en la facu y como buena "nueva rica" me compré mi primera cámara digital propia hoy. Me siento realizada. Yo sé que suena tonto, si quieren, que me conformo con poco, pero es la primera vez que puedo comprarme algo trascendental con mi guita y ando como perro japonés con dos colas.


5-Ña Olga: desde que la puse en su lugar (que agrandada) no me mira ni me habla ni me saluda. Es más, si me ve subir la escalera, se mete a los piques en su departamento. ¿Me tiene miedo? Mejor... 

Hasta aquí, el reporte de Servicio Marianológico Misionero


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PD: estem, estaba pensando, cosa que rara vez sucede, si les parece pertinente que Ña Olga tenga una etiqueta personal en este blog light. Seamos sinceros, nada más pesado que una vecina q te dice gorda, tal vez exceptuando un submarino con dos vigilantes bañados en chocolate rellenos con crema pastelera... Pero, volviendo a la pregunta, ¿qué opina la masa?¿Ese bicho canasto se merece semejante distinción? Tal vez no, pero conociéndola, esto recién empieza... 

lunes, 4 de octubre de 2010

Para Olga q lo mira por TV

¡¡¡¡73,400 kg!!!!

¡¡¡Así como lo leen, logré abandonar la meseta misionera y retomar mi camino al valle de las divas del verano en construcción!!!

Meta: pasearme por el barrio en top y cullotte para que la vieja se tenga que meter adentro de su culo antes de decirme algo de nuevo.

sábado, 2 de octubre de 2010

Doña Olga

Doña Olga vive en el 1° F, es petiza, gorda, pelo corto y canoso y cara de siempre estar adolorida y oliendo caca. También tiene una hermana más grande que ella que es sorda y sólo sonríe sin dientes, una hija con cara de malco, una nieta llamada Nicole (a la que llama a los gritos desde el balcón a las nueve de la noche "porque es tarde") y un nieto con cara de oligo que se llama Braian (así escrito) que tiene un perro tullido al que pasea con un cable de plancha.
Doña Olga fue maestra de primaria y hoy en día su oficio es ser la propaladora del barrio. Osea, ni bien una abre la puerta o está subiendo la escalera, Doña Olga sale de su casa (siempre y cuando no esté sentada afuera de la misma, en cuyo caso se pone de pie) y estira el cuello como si fuese un elástico a ver quién vino, a qué casa y por qué.
Mi primer encontronazo con la señora fue hace cuatro años cuando me hizo sacar del volquete  y subir hasta el segundo piso (donde vivo) los escombros que habían dejado los albañiles al arreglar mi baño porque "ese volquete es para basura normal, cáscaras de papa y eso. No para esa basura".
Después de eso, decidí correrla para donde dispara y saludarla bien, digamos que por respeto a sus canas que se lava con el champú ese que te las deja violetas. De ahí en más siempre procuró ver de enterarse dónde trabajo, si sigo con mi novio, cómo me va con la carrera y todas esas cosas que luego se dedica a desparramar por el barrio. Pero hete aquí que la paz llegó a su fin. Desde que comencé a engordar, cada vez que la veo me saluda y con cara de alarma, pena y gravedad me dice "¡Ay! ¡Pero que gorda que estás!" y otras finezas por el estilo, a lo cual yo le contestaba con una sonrisa falsa y me ponía a hablar de otro tema. Hasta hoy. Estaba yo en la esquina esperando que llegue mi viejo que venía de Corrientes a verme, cuando pasó la susodicha. La saludo, frenó, y se produjo este diálogo:
Olga -Ay no te conocí. No estaba segura de que fueses vos. Estás gorda ¿eh? Como engordaste.
Yo (sonrisa)- Siempre con ese comentario. ¿No tiene algo más amable que decir? ¿Qué pasaría si yo la saludase diciéndole "cada día más vieja usted ¿eh?" ¿Le gustaría?
Olga (con cara de pasmo)- Bueno yo soy vieja porque... ya viví lo que tengo que vivir y tengo que ser vieja. Pero decirle a alguien que es gordo no es insultarlo; la gordura es saludable (?)
Yo (sonrisa perpetua) - Sí es un insulto Olga. Es como decirle a alguien que tiene mal aliento "ay tenés aliento a muerto eh". No se dicen esas cosas; no son halagos.
Olga (pichada ya) -Ay bueno, disculpame si te molestó. No te voy a hablar más. Es la segunda vez que me contestás mal. La vez pasada te pregunté en que andaba tu mamá y me dijiste "a mi que me importa en que anda".Maleducada-
Yo (sin dejar de sonreir) -Yo acababa de pelearme con mi madre, ¿le importa? Mala educación lo que usted hace, meterse en la vida de la gente. Siendo tan grande debería saberlo.
Olga (esquivando el bulto y haciéndose la ofendida) -Ay, maleducada, no te hablo nunca más.
Yo (sonriéndo y yéndome) -Me parece genial. Por favor no me hable nunca más en la vida.


¿Ustedes tienen vecinas así o es cosa mía nomás? Ahora me voy a tener que fumar la cara de culo de toda la escalera, porque conociendo la reputación de Olguita ya deben saber que la "hija del doctor es una maleducada que maltrató a la pobre doña Olga que tan buen y comedida es siempre". ¿Y saben qué? Me chupa.

lunes, 27 de septiembre de 2010

Meseta misionera

A diferencia de lo que pasara dos semanas atrás cuando mis hormonas locas y mi sistema linfático me hicieron cabrear de lo lindo, hoy mi metabolismo me hizo un piquete y me dijo "acá me planto, dejame descansar". La balanza marca 74 kilos limpitos, osea, no me moví de lo que había marcado el lunes pasado. Esta mañana cuando me levanté encontré un folleto turístico pegado a mi cadera; a continuación transcribo que dice:

"Bienvenida a la meseta misionera, hogar de lo estático y llano. Disfrute de no adelgazar pese a haberse cuidado en las comidas y a haberse paseado de aquí para allá en rollers. Contemple que no importa insolarse mientras patina o casi desmayarse gracias al adorable sol de septiembre. Por lo general, las estadías duran una semana; si planea quedarse más tiempo, grite. Si quiere irse antes, viva a agua y lechuga. Gracias por su visita".

lunes, 20 de septiembre de 2010

Baja baja baja mamacita

En ánimo jocoso les cuento que nuevamente la báscula de la felicidad mostró evidencia de lo evidente y hoy lunes, día de pesaje, dice que peso 73.9. Poco, pero algo es. Se sabe que los primeros kilos se bajan rápido y los siguientes cuestan un poco más, que hay mesetas y la mar en coche, pero visto que es septiembre y que este cuerpito (que de -ito nada) va a pelar carne recién en diciembre, no me puedo quejar.
El sábado anduve recorriendo negocios en búsqueda de un pantalón de gimnasia para ir a patinar con un poco más de glamour (si me mato para estar un poco más fiu fiu y sigo usando ese engendro desteñido, gigante y manchado con lavandina, el efecto no se percibe) y estuve expuesta a la maquiavélica luz de los probadores y a sus espejos diabólicos que muestran hasta el último pozo, estría y rollo con total desparpajo, y por suerte mi autoestima y yo salimos intactas. No estoy tan fulera digamos como para tapar el espejo o comprar a ciegas.
Buen comienzo de semana para todos, los dejo para ir a prepararme un suculenta ensalada de acusai y rabanitos. El que quiera que le convide chiste nomás.

viernes, 17 de septiembre de 2010

Best teacher ever

Dieta: haciendo buena letra, sopa, ensaladas, agua, nada de azúcar, nada de sal y patinando de acá para allá en la costanera a diario, ahora que hace calorcito de paso me bronceo así lo blando cuanto menos blanco menos blando se percibe jejeje. Punto para mi hoy, porque había un viento terrible y patiné igual, y terminé mejor que los días anteriores.

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El resumen de arriba viene porque hoy quiero hablar de otra cosa, que tiene que ver con mi autoestima, pero no con el peso. Resulta que si leyeron los primeros posts les conté que trabajo como profe en una carrera a distancia, pero también en un terciario y supe estar en una primaria. Y hoy es el día del profesor, y cuando yo era piba no quería saber nada de ser profesora porque ganan una miseria y porque no tengo paciencia; ambas apreciaciones siguen siendo ciertas pero laburo de eso igual y me encanta. Y a mis alumnos les encanto yo; tanto que estudian y se sacan buenas notas. E inclusive, cuando se terminan mis suplencias, me extrañan y me piden que vuelva. Yo sé que son unos salameros y que a todos los suplentes les han de decir lo mismo, pero a mi me mima el alma un toque. Y bueno, hoy es el día del profesor, osea mi día, y nada, quiero festejar conmigo dedicándome mi blog en mi primer día del profesor (estoy un poco posesiva, sepan disculpar).

miércoles, 15 de septiembre de 2010

Bajan rodando

Decidida a darles una paliza a mi sistema linfático y a mi metabolismo y mostrales quién manda, ayer a la mañana me mandé a la costanera con los rollers en la mochila y el último de Robbie Williams de banda sonora. Después de años de no hacer nada se imaginarán que la patinada no fue "de corrido". Creo que me hice amiga de cuanto cordón de vereda adorna la estimada costanera posadeña; el lado amable es que no fue por caerme (cosa que gracias al cielo no sucedió) si no porque esta inteligente y asmática mujer fumadora, en un rapto de superada total, se olvidó de llevar su broncodilatador y su dasolín, y como hacía frío a los cinco minutos ya tenía tapada la nariz y andaba sin pañuelos. Pero pese a que el diablito rechoncho de la izquierda de su conciencia le decía que mejor parase y fuese al centro a tomarse un rico café con leche con medialunas, ella siguió durante hora y media parando cada tanto a respirar y a pedirle a su corazón que deje de bailar electro en su pecho.
¿De qué sirvió? Bueno, como siempre veamos lo malo primero: me duele hasta el pelo, sólo a mi se me ocurre mandarme diez kilómetros en patines (tiene cinco, ida y vuelta) siendo que mi única gimnasia viene siendo tipear (los dedos delgaditos, delgaditos). Pero veamos el vaso medio lleno: al sistema linfático le gané, decidió darme tregua, me regaló una desinflada y bajé un kilo y medio luego de mi proeza. Volvemos a la dieta normal, desafectada de la locura de las hormonas.
Ahora me voy a seguir patinando, tengo que lograr que mi cara deje de hacer juego con mis patines para cuando termine.
Patines "desinflantes"
Cara de hecha moco pero con misión cumplida

martes, 14 de septiembre de 2010

Detesto ser mujer

Una vez al  mes me inflo como una esponja y hasta la última gota de líquido que ingiero se las arregla para atrincherarse dentro mío e irme abultando. No me entran los zapatos, ni la ropa, no los anillos y hasta las chabombas pueden lograr que se me corte la circulación. Entonces me deprimo, y si bien en otra época, estos días serían esos en los cuales comería chocolate y tomaría coca sólo por ser feliz un ratito, ahora que doña dieta se impone (y no estoy de viaje) me conformo con un mate endulzado con yuyos. Estos días también son esos en los que me siento una lechuga en el fondo del cajón, mustia y putrefacta, vieja y horrible y si abro una revista y veo una modelo me largo a llorar. Las odio. Odio que sean así de flacas y con esas panzas todas chatas pero tienen tetas y quince años. Yo a su edad era un bofe que jugaba a las muñecas a escondidas con mis vecinitas de nueve que eran las únicas que no se reían de mí por jugar a las Barbies a esa edad (mientras mis compañeras de colegio ya se portaban cuales bataclanas) y soñaba casarme con un Backstreet Boy (Kevin preferentemente).
Pero lo que más más odio de estos días es engordar. Me pesé. Aumenté un kilo setecientos; y lo escribo en vez de expresarlo en numeritos porque impacta menos. Peso setenta y cinco kilos setecientos gramos. Y no hay derecho. Más allá del reino de permitidolandia, tampoco me porté peor que otras veces (inclusive podría decir que me porte bastante mejor). En fin, sólo me resta esperar a que venga un estrujador gigante y seguir comiendo sopa sin sal.

domingo, 12 de septiembre de 2010

Compensando viajes

Fui a la Fiesta Nacional del Inmigrante ayer. Platos típicos, bebidas típicas, reinas, gente disfrazada, sobredosis de tiradores en los disfraces, etc, etc... En resumen: el diablito rechoncho que tengo sentado a la izquierda le ganó al Brad Pitt angelical de la derecha de mi conciencia y Don Permitido atacó de nuevo.
Para contrarrestar un poco esto, y para cumplir con mi promesa de hacer ejercicio, luego de mucho haber buscado un gimnasio decente donde el tufo a transpireta ajena me deje "nocáu" ni tener que andar con un Lisoform en la cartera para limpiar las máquinas antes de sentarme (soy un poquito asquerosita, lo sé), anteayer me puse a hacer gimnasia en casa. Primero quiero dejar en claro que más allá de que soy una pachorrienta asumida, hacer abdominales no me cansa, pero lo que sí suele pasarme es que me aburro como un hongo. Bueno, en casa y bajo las circunstancias que paso a contar a continuación, eso es imposible de ahora en más. Tengo dos perros (o al menos eso parecen, no estoy segura, un antepasado rata tienen seguro); dos perros insoportables, pegotes, malcriados, mimosos y muy tarados (cada prenda se parece al dueño). Imagínense entonces intentar hacer abdominales cuando una se te sube a la panza y cada vez que vas para arriba intenta lengüetearte la cara y cuando bajás el otro te agarra el pelo con la boca y te tira de ahí cuando juega con su soga. Bueno, entonces yo que soy muy sensata los encierro... Y vuelvo a mi rutina... un minuto después logran abrir la puerta y vuelven a hacer exactamente lo mismo. En medio de carcajadas y puteadas, cambio a intentar hacer espinales... Se me acuesta una en la cintura y el otro en las piernas. Los ato con la correa y en un bello concierto de ladridos desesperados por ser libres y aullidos que suenan mas o menos a "auauauaouuauauiuauau" que traducido quieren decir "soltame dale que me porto bien" terminás tu rutina que en vez de media hora te llevó una. Así que así estoy, tratando de volver a la buena senda, moviendo un poco el panaco que de tanto sedentarismo ya se me fue para adentro digamos, mi culito desaparecido en acción.
Les dejo un par de links que me resultaron útiles, lo único que los perros se los consiguen ustedes... a los mios los odio, pero ya me encariñé y no da andar prestándolos.

http://www.editum.org/Abdomen-Plano-Cinco-Consejos-Y-Una-Rutina-p-722.html
http://www.tu.tv/videos/abdominales-completo-_1
http://www.youtube.com/user/P4Pespanol#p/u/9/yzsnELpMioo
http://www.youtube.com/watch?v=TeHSOuEW8l0&feature=related

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Ah, ¿el pesaje? Jejeje, lo cambié a los lunes, siempre me pasa algo los domingos.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

"Nain"

Bueno gente, ahora ya con cerveza y clericó en el sistema, les puedo contar que salio todo liiiiindo, diviiiino, divertiiiido (no sé que diantres me pasa con las ies hoy), que el resultado del asunto fue un Nueve (9).
Estem, como les iba diciendo, ahora soy una profesional que debe cuidar su prestigio, así que dejaré de tomar whisky Criadores para pasar al J.B. (sí claro, sigo igualita de pobre, sólo que con cartón firmado por el ministro).
Les dejo una fotito. Mañana cuento detalles si me inspiro, ahora solamente quiero dormir en paz sabiendo que me saqué esto de encima y me tengo que poner a estudiar para la licenciatura (¿me van a hacer el aguante con esa también?)
Ah, y gracias por los lindos y amorosos mensajes que me dejaron entre hoy y ayer, me re sirvieron, estaba que me moría.
El trajecito, las flores y la felicidad
Mi tesina ;-)

martes, 7 de septiembre de 2010

Atacadísima

Gente, estoy que me muero de los nervios, de la ansiedad, de la angustia y de todo. Me acado de comer una pecaminosa Tita, una milanesa, una porción de sopa paraguaya, arroz, ñoquis, y de aderezo MAYONESA. Y Tomé Coca.
A qué viene tanta angustia oral se preguntarán los novatos o los desmemoriados. Mañana defiendo la tesis gente, y estoy cagada en las patas. ¿Y si me olvido de todo? ¿Y si me trabo? ¿Y si me hacen una pregunta colgada de los pelos y no la puedo contestar?
Tengo un nudo en la garganta, otro en la panza y una laguna en el marote. Es más, ¡hasta creo que me olvidé de hablar en inglés!
El lado amable es que el trajecito me queda... ESPANTOSO. Con la dieta y la inmobilidad tipeadora me quedé sin cola y embolsa. ¡Me quiero morir, no quiero/puedo/debo estar fea el día de mi defensa!
Nada, nada, me duele toda la espalda, tengo taquicardia y no me sale ni armar el dichoso powerpoint. Si fuera por mí, doy la charla en pantuflas desde casa mediante Skype (¿se podrá?).
En fin, deséenme suerte/éxitos/albricias o los que se le cante...

¿Quedará mal ir a rendir previa ingesta de una buen whisky on the rocks?

lunes, 6 de septiembre de 2010

Composición tema: mi balanza

Se parece a esta la reina de mi corazón

Composición tema la Balanza:
Mi balanza me mima.
Mi balanza me ama.
Mi balanza me perdona las pizzas y las Mirindas.
Mi balanza está entusiasmada con que llegue linda al verano.

74 kilos señores... ¿que tul?

¡¡¡Vamos que hasta que no me entre mi vestido de recepción de 5to año no paro!!!

domingo, 5 de septiembre de 2010

No me peso nada

Estoy de turista en casa de mi madre. La balanza se quedó sin pilas, así que lo tomo como un presagio del desastre cometido y postergo la intriga hasta mañana. (¿evasiva yo?). Si ya sé que me va a decir que engordé, ¿para qué torturarme con sus numeritos hoy domingo, día deprimente sin que lo ayuden? No. Mejor espero a mañana lunes, cuando vuelva a mi rancho, y me enfrente a la balanza de médico heredada de mi viejo, que te bate la justa sin anestesia.

sábado, 4 de septiembre de 2010

Prohibido viajar

Hace un par de años, yo miraba de forma diaria el programa "Cuestión de Peso" por dos razones:
1-Por sentirme identificada con los participantes
2-Para babosearme por Adrián "Suculento" Cormillot.
En uno de sus tantos episodios, don Cormillot padre (al cual vi hace poco en un aeropuerto y les digo que entra en la categoría "viejo sexy" con cuatro estrellas) hablaba de que, si bien cuando uno viaja es difícil mantener una dieta balanceada, siempre se puede pedir una ensalada en vez de una hamburguesa con todo y aceitunas.
Pero hete aquí que para mi no es difícil... para mi es IMPOSIBLE no comerme una pizza cuatro quesos con Mirinda/cerveza (depende del momento del día), o entrar a un McDonals y repetir con placer "quiero un big mac y sí, agrandame el combo".
Como habrán podido o pueden leer que me pasó cuando fui a Buenos Aires, mi autocontrol zen de no comer un choto o de comer ensaladitas y sopas se desvanece ni bien cruzo el límite político de mi ciudad. Inclusive, es gracioso que en el bondi no pruebe bocado de las bandejas maquiavélicas esas (aunque la verdad, al que se le antojan esas cosas tiene un toscano en el paladar), pero en un nivel filosófico puedo decir que es como una cápsula geo-política que me traslada del punto A al punto B.
Retomando, una vez que bajo del cole, se me agudizan los sentidos, y cada partícula de aceite y cáda átomo de carbohidrato circundante me seducen. Cada vez que viajo, le meto los cuernos a mi dieta con cuanta promiscua comida engordante encuentro.
Confieso que he pecado, viajé a Chaco y Corrientes y tomé capuccino y le puse tres sobres de azúcar (sí, azúcar), comí pizza cuatro quesos y margarita, tomé Mirinda y Coca, comí galletitas de chocolate y tomé mate dulce. Mañana la balanza me va a castigar... lo sé. Y yo, como pérfida pecadora, me azotaré la espalda con una rama de apio suplicándole a los ángeles de la delgadez y el fitness que no me dejen ser tan débil la próxima vez.


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Pd: Gracias a los diez divinos que me siguen. Está bueno saber que hay alguien ahí leyendo mis taradupideces.

jueves, 2 de septiembre de 2010

Miércoles 19.30 hs

El próximo miércoles a las 19.30 hs voy a defender mi tesina. Según comentarios de pasillo, se pudo oír a las profes decir que "está perfecta" y "obvio, si es una genia".
El ego allá. Y mi dieta bien (dijo la que anda muy off topic  últimamente). Cambié de estrategia, ahora sólo como cuando tengo hambre. Y como al hambre lo controlo ayer me pasé el día con tres galletitas en el sistema. No se preocupen, no pasé de castaño a oscuro, hoy comí diez ravioles (los conté) y un pedacito de tarta de acelga. No quiero desaparecer, sólo quiero que me entre el trajecito gris para el miércoles y para eso necesito un kilo menos porque no me cierra el botón. ¿Llegaré?

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Era hora

Cuando terminé la secundaria, como ya conté, me fui a vivir a Tucumán a estudiar Arqueología. A mitad de año, me di cuenta de que era muy urbana para pasarme la vida en medio de la Puna, comiendo arvejas y sandwiches de mortadela, sin internet o señal en el celu, y que algún día iba a querer casarme y tener hijos (de acá a mil años, pero bue) y que iba a querer estar en casa a las ocho para ayudarlos con la tarea, lavarles el guardapolvo y demás cosas que hacen las madres. Entonces, decidí cambiarme a inglés, cambio que concreté un año y medio después por circunstancias que no vienen al caso. Pero mientras, yo era la boba del curso, porque no me interesaba un pito la carrera, y vivía de joda. Cuando me cambié a inglés venía bárbaro, hasta que empezaron los paros y de golpe y porrazo, me quedé libre en una materia lo cual me obligó a pasarme un año cursando solamente esa, porque no se podía hacer nada de segundo si no tenía todo lo de primero. Resultado, con todo el dolor y el odio, me volví a mis pagos, de los que me había ido cuatro años antes jurando nunca volver.
Y hoy, hace cuatro años de esto, y cuatro por cuatro, me banqué vivir en una ciudad que odio, en la que nunca me sentí a gusto y que me ahoga. Pero hoy, todo eso dijo basta y me sentí realizada. ¿Por qué? Bueno, porque hoy fui a mi facu, y la profesora encargada de corregir mi tesina me dijo que está muy buena, que no hay errores graves, que son opciones, y que mañana la entrega para que ya pueda dar la presentación oral. Así que gente, con toda la chochera les puedo decir que hoy, después de haberme sentido estúpida por mucho tiempo, viendo como se recibían otros y yo no, hoy me siento una genia total, y lo quería compartir. Ahora a preparar la defensa, con video, música, show y lemon pie. Mucho pero mucho lemon pie.

domingo, 29 de agosto de 2010

Esta semana

Esta semana me mudé a mi casa otra vez. Con la tesis y la malaria económica había reculado al depto de mi vieja, pero como ahora ya terminé y algo de platita entra, ya puedo estar en casa.
Por consiguiente, esta semana me moví un montón, por hacer ejercicio y no gastar, caminé para todos lados muchísimo.
También, esta semana, como estaba sola en casa, apenas si comí, porque cocinar para una misma es un embole, y porque como no me tiento no tengo hambre.
Esta semana además tuve que ordenar mi casa (y la sigo ordenando) porque traje cosas de la de mi vieja que no tengo donde guardar, así que moví cajas, me subí a sillas, corrí muebles, lavé y barrí pisos, en fin, todas esas cosas que a las Ingals les garantizaban una silueta perfecta más allá del corset.

Y esta semana señores... SOLAMENTE BAJÉ 800 GRAMOS.

¿Qué derecho tiene mi metabolismo a quedarse cómodo y no hacerme bajar muy mucho si no comí y me moví como una loca? ¿Está enojado conmigo porque no le doy más el gusto con las milanesas? ¿Me quiere sabotear mi llegada espléndida al verano? No lo sé, lo único que sé es que si pudiera meterme dentro mío y encontrarlo a Don Metabolismo lo cagaría a trompadas... He dicho

miércoles, 25 de agosto de 2010

Derrota al placard 1: Kosiuko

Cuando yo tenía 15, esa marca era LA marca de jeans que todas debían usar si querían ser "divinas, top, superstar". Y yo quería moría DEBÍA tener uno de esos. Así que, después de mucho torturar a mi madre con la idea de comprarme uno "porque todas tienen y si yo no tengo me muero", me dirigí al local, con mi mejor sonrisa e ilusión adolescente. Al llegar, estaban la vendedoras escuálidas, que no me dieron bola, hasta que comencé a revisar los percheros. Se me acercó un intento de ser humano que debía pesar unos 50 kilos, me miró de arriba a abajo (le costó, porque yo ya era alta) y me dijo: "¿Te puedo ayudar en algo?" "Sí, quiero un jean". "¿Para vos?" risita sarcástica "tu talle no trabajamos".
Puñal en el corazón, nena de quince se va corriendo, llorando...

Veinte kilos después, y un año más tarde, vuelvo... La vendedora la misma. Me pruebo toooooooooooooooooooodo el negocio, y cuando voy a pagar le digo "Ay sabés que, a mi me gusta esto, pero es muy berreta, mejor voy a otro lado". Y la vendedora se queda con cara de quien perdió su comisión.

Me compré el jean sí, pero en otro lado, y fué la gloria, pero después volví a engordar y el mismo quedó abandonado en el fondo del placard. Hasta que hoy me lo probé, y ¿saben qué? ¡Me queda divino!


Perdón, pero hay que ser contorsionista para sacarse buenas fotos con la webcam

lunes, 23 de agosto de 2010

¿Adivinen qué?

Estoy con el celu sin batería, así la foto se las debo, y van a tener que tomar mi palabra enserio:



PESO 75,5 :D


Yo sabía que había bajado, estoy chocha. Sigue siguiendo la dieta. Besos saltando en una pata (eso también adelgaza).

Un mes y tengo cintura

Hoy el blog cumple un mes. Hace un mes que buscando la entrada a otro donde reinan los errores ortográficos, cree éste. ¡Es un niño!
Si bien para que la dieta cumpla un mes faltan un par de días, ya me siento bastante más delgada. Igual todavía la ropa del ropero sigue sin entrarme, no se vayan a creer.
En este momento estoy en mi casa de fin de semana (¿re top no?) en un pueblo que se llama San Ignacio, donde hay unas famosas ruinas jesuíticas y donde no tengo balanza. Pero si tengo web cam.

Panza de frente (¿¿¿¿vieron que tengo cintura????)


Panza de perfil

Esto se ve desde mi ventana :)

Como pueden observar, algo de resultado ha dado la dieta. El globo aerostático que tenía por abdomen desapareció. Igual falta mucho por hacer todavía. Veré si hoy, cuando vuelvo a la civilización (mi casa queda en el linde del monte, a dos cuadritas del río), puedo empezar el gimnasio. En cuanto a danza, decidí que tengo que buscar otro estilo donde la media punta y las poses en el suelo no formen parte: voy a empezar folklore. Yo se que sé van a reír, pero a mí, bailar, me hace mucho muy bien, casi tanto o más que cantar. Así que bueno, con la idea renovada, seguimos la dieta. Cuando vuelva a casa me peso, y les cuento si todo esto es ilusión óptica o si realmente hay un cambio en mi peso.

sábado, 21 de agosto de 2010

Regreso a la vida sin sal




Buenas y santas, luego de una semana de desaparecida, vuelvo a actualizar mi blog para confesarles que he pecado. Mi viaje a Buenos Aires estuvo plagado de sal, azúcar, grasas y carbohidratos, y no pude hacer nada al respecto, excepto caminar muchísimo para compensar algo. Ojo, no me maté comiendo ni nada de eso, pero el bolsillo apretado y la vergüencita para decirle a mis amigos y parientes que "yo con sal no como" pudo más que el poder adelgazante de mis ideas. 




El primer día fuí al barrio chino y enterré la mitad del sueldo en boludeces que no necesito pero que están re copadas. Luego a la Quinta Avenida donde no me compré nada porque había enterrado el sueldo en el barrio chino y era mucho para el primer día, y lo mismo se repitió en la Bond Street, donde tuve que atarme las manos porque la tarjeta de crédito ardía en mi cartera al grito de "usame usame usame".

Fui al Tigre, al mercado de frutos y me morí de frío con el viento, pero ¡qué lindo que es! También le caí de sorpresa a una amiga que no sabía que iba, a parientes que hacía mucho no veía... en fin, me divertí como una loca y cuando me tuve que volver, me amargué como siempre. Nunca quiero venirme a casa después de estar allá.

Con respecto a la razón del viaje, además de despejar un poco la cabeza, tenía que ir al traumatólogo porque me duele mucho un pie, y acá me habían dicho que es porque soy muy alta nomás. Pues resulta que no: que la culpa la tiene el haber usado zapatos de horma angosta muchos años, y haber tenido alguna que otra mala profesora en danza. Mi amigo tremebundo y compañero de todos los días se llama Neuroma de Morton, y por suerte ahora ya tengo a quien putear tranquila. De acá a una mes, más o menos, si me sigue jodiendo, vuelvo a Baires y me opero. Lo que si, ya no puedo bailar más, porque no se la banca mi pata. Lo cual me jode bastante, porque yo tenía la ilusión de que si me operaba iba a poder hacerlo. No soy Eleonora Casano ni mucho menos, soy una boba nomás que hacía danza árabe y que ahora va colgar el caderín en la pared para que haga ruido con el viento.

Mañana me peso. No sé y quiero saber las novedades, pero les confieso que cuando llegué a casa y comí de nuevo comida sin sal, sin azúcar y sin calorías, me gustó mucho más de lo que pensaba. ¿Será que estoy aceptando que así no puedo seguir? Ojalá, los quince kilos restantes siguen ahí para recordarme que la felicidad no está oculta dentro de un bocadito de milanesa.

Pd: para compensar la lentitud en la actualización, les anexo las fotos de mi viaje, por si están al cuete y las quieren ver. Están todas sacadas con la cámara del celular, porque "allá te roban" y no quería llevar la cámara de verdad. ¡Tengo que dejar de mirar el noticiero!

viernes, 13 de agosto de 2010

En el bondi

Metete el guiso de arroz en el ocote, azafato peloduro!!
Simplemente para contarles que ni loca como esta comida plástica e hipercalòrica. Prefiero serle fiel a mi dieta y no probar bocado hasta mañana. Se matan los cheff (jà) de crucero del norte. Mañana les cuento màs del olor a  pata del cole, de los bebès llorones y del azafato mala onda.

jueves, 12 de agosto de 2010

Dieta Viajera

Luego de haber entregado mi tesina ayer finalmente (inserte cara de alivio feliz), parto para la ciudad de las avenidas y el ruido el día de mañana. Y eso implica una suerte de encrucijada. Como ya he comentado en otras ocasiones, los viajes y las dietas no se llevan muy bien que digamos, sobre todo porque cuando yo viajo, me gusta darme gustos y comer y probar todas esas cosas que en casa no consumo. También porque cuando uno viaja, no se anda llevando un taper con ensalada o un cuenco con sopa, o no tiene una cocina cerca para producir delicias light. Pero, sabiendo que la capi es una ciudad grande, donde hay miles de cosas para todos los gustos, calculo que tal vez en vez de dejarme llevar por las franquicias de comida pecaminosa (aunque sostengo que al menos un muffin me voy a comer, porque acá no hacen y quiero saber gusto a que tienen y si vale la pena tanto aspaviento que hacen los porteños con esas cosas), puedo llegar a pisar lugares donde la comida tenga menos de mil calorías el bocadito. Ahora, yo sólo me sé manejar en Barrio Norte, y más que nada por avenida Santa Fe, aunque voy a andar por Las Heras al 2900 para ir al doctor (no se dónde es eso, confío en que el taxista no me secuestre y me lleve a la clínica sin hacerme un paseo millonario).

Ahora, visto y considerando que Don Google Analytics (quien es muy mentiroso por cierto) me dice que la mayoría de la gente que lee este blog es de Capital, ¿que lugares baratos (onda bolsillo de docente/estudiante pobre) me sugieren para ir a comer cosas ricas que no me engorden? Tengo toda la intención de mantener la dieta esta vez y no caer en las garras de los arcos dorados (no porque me gusten necesariamente, pero porque están en todos lados como Dios). Se agradecen las sugerencias, ideas, direcciones, y demás. 
Me llevo la netbook y el modem pendorchito de Personal para actualizar desde allá, con fotitos y todo.

Deséenme suerte para la dieta y para el doctor, que falta que me hace. Si quieren saber porque voy exactamente, se los voy a contar después del diagnóstico, pero tiene que ver con la razón por la que dejé de hacer actividad física (se los dejo como inquietud).
Ah, y please sugiéranme cosas que posta que no tengo idea, llevo la guía T, pero para mí tiene menos lógica que un mapa del tesoro escrito en sánscrito. Y no es mi idea andar con un pote de apio en la cartera.

martes, 10 de agosto de 2010

El regreso de la Soprano Primera

En una pequeña aldea de Misioland, vivía una pequeña  larga niña que había nacido con voz de pito, pero amaba cantar. Soñaba con ser adoptada por Xuxa o descubierta por Cris Morena. Si bien esta niña estudió música, por ser muy  demasiado inconstante, nunca aprendió a tocar más que el feliz cumpleaños en el piano. Pero hete aquí que en coro le iba muy bien, porque había sido que esa voz no era de pito, sino de soprano primera, un registro apreciado, pero también censurado con el grito "¡callate que cantás horrible!" cuando se juntaba a guitarrear con los amigos. Cuando esta niña se mudó a Tuculandia, de casualidad, acompañó a una amiga a un casting para entrar en el Coro Universitario  de dicha provincia, el segundo más antiguo de Argenland, aclamado por su trayectoria, repertorios, y técnica. Y la niña, que ya no era tan niña, entró en el coro, así, de rebote.
Luego de tres años de cantar ahí volvió a tu tierra natal, y volvió también a su grupo de teatro comunitario donde la pusieron a cantar tangos de forma solista. 
Pero debido a varias circunstancias, dejó de ir a teatro, y dejó de cantar. Hasta que ayer, buscando música en youtube, se dio cuenta de que, además de estar en el peso que tanto extraña, había sido que cantaba lindo. Intentó cantar, pero resultó que tanto cigarrillo, del cual hace uso y abuso desde los 18, ha hecho que su voz se parezca más a la de un pato con afonía que a la de la pibita del video.
Así que habló con una amiga que canta hermoso, fue a ensayo del Coro Universitario de Misiones, y la pasó genial.
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¿A qué viene el cuentito que nada tiene que ver con la dieta? A que a mí me encanta cantar, y que descubrí ayer que una de las razones por las que como es porque estoy triste porque extrañaba hacerlo. Así que en pos de la dieta y de mi chochera, volví a cantar hoy. Tengo que dejar de fumar, tengo que practicar, pero aunque haya que sacarle un toque de lustre a las cuerdas vocales, la base está. Y eso es muy pero muy lindo.