Los supervisores

jueves, 5 de diciembre de 2013

La enteriza

Siempre que alguien deja de fumar le advierten que va a engordar, que será cosa de la ansiedad y que va a tener más hambre que gomero a una vedette... yo creo que más que por ese factor, comí porque recuperé el sentido del gusto y todo me parecía más rico que antes. Sea lo que sea, me fui ensanchando para los cuatro costados a lo largo del año y sumado a que no movido mucho el panaco carreras y laburo mediante, ahora califico más como modelo de Botero que de Michael Kors. Por tanto, este verano me paso a la enteriza, las bikinis están reservadas para otro tipo de minita y, queridos lectores (si es que aún me queda alguno) había sido que encontrar una que me quede como la gente es bastante complicado. Si quedaba un nicho de indumentaria con el que no tuviera mayores dramas, este acaba de revelarse esquivo y ladino.
Ser alta implica que comprarte un jean, un par de zapatos o un saco se volverá una expedición donde te desnudarás cien veces, harás fuerza en probadores diminutos (golpeándote contra techos, puertas y espejos como quien lucha contra una enredadera asesina) y que, casi siempre, te terminarás comprando algo que no te gusta del todo, pero es lo que te anda y ya te pudriste. Pero nada de eso se compara con el flajelo de tener que embolarse en un negocio probando tandas y tandas de mallas que se ve de ensueño en la percha pero una vez que lograste embutirte en ellas se transforman en una pesadilla de lycra. Yo me pregunto quién fue el palurdo (porque estoy segura de que fue un tipo maquiavélico que odia a las mujeres, sino no se explica) que dijo y sostuvo que si una es larga de torso automáticamente eso conecta conque tiene las tetas de Lia Crucet o que si tenés poca lola tenés el torso de la enana Feudale. O quién fue el otro salame al que se le ocurrió inventar las tankinis y trikinis (ver fotos). A ver, papilo, si una tiene lomo para mostrar usa bikini, si está gorda una malla; ¡esos malditos y modernos puntos grises significan únicamente más lugares de ajuste para que te salte el/los rollo(s)! Y una cosa más: si hay tantas telas lindas para fabricar bikinis y esos otros engendros, ¿por qué mierda los modelos de enteriza son todos "Mirtha Legrand" style? ¡Que esté gorda no tendría que implicar que me tenga en enfundar en cosas bordó, negras o animal print!
Como sea, seguiré buscando... no me voy a rendir tan fácil. Y por las dudas, si no encuentro, ya empecé a googlear modelos de burka... capaz impongo una moda y todo, quién sabe.
Trikini: engendro de la moda que no te cree nadie que una mina con ese lomo vaya a usar, porque encima quedás toda mal quemada. Onda, la chabona se saca el trapito ese y le queda un bronceado con diseño de carita feliz.
Tankini: híbrido de bikini con remerita. Dale, chanchina de mialma, porque es re copado tener más lugares por donde se te asome el pandulce... par fa var.

¿Divina no? Ahora imaginate cómo le quedaría a Lilita Carrió. ¿Viste que no exagero?
Por suerte, de esto sí hay varios modelos. Le instalo un sistema de refrigeración y ya, toda la onda.

miércoles, 27 de noviembre de 2013

Déjà vu lactante


Ayer tuve que hacer acto de presencia en un ritual popular llamado "fiesta de un año del bebé de una amiga" y, rodeada de ese mundo de cochecitos, chizitos, sopresitas, mocos y Sapo Pepe, tuve un déjà vu... de golpe me di cuenta de que la situación se me presentaba similar a una de cuando tenía 12 años,  cierta vez que nos rateamos con las chicas y terminamos en una farmacia/supermercado mirando toallitas (no había shopping en Posadas por aquel entonces) y todas empezaron a señalar las que usaban y a decir cosas de las alas, los geles, los tampones desvirgantes y demás… y cuando me preguntaron qué marca usaba yo, bajé la cabeza, me puse colorada y con mucha mucha vergüenza y pena confesé que no me había venido todavía. Inmediatamente, me consolaron (?) sosteniendo que ya me iba a llegar (???), pero claro, me sentía un marciano o, como recuerdo haberle dicho a madre en ese momento: “como una cucaracha entre hormigas”.
Y ayer me sentí parecido, pero sin vergüenza ni sonrojación, pero sí como una especie de marciana que no cambia pañales ni esteriliza tetinas ni conoce de pediatras y piensa que caca es caca, no un test de Rorschach bioquímico a descifrar… igual no es un tipo de marcianitud que me desvele, ojo, por mí que siga esperando, todavía no conozco Europa. Más bien diría que, pasada la incomodidad de un principio, esta vez fui una cucaracha con lentes de sol y stráss en el lomo.

martes, 19 de noviembre de 2013

Hablá más fuerte que no te escucho...

Mi queridísimo camarada de altura creado por García Ferré tenía la posta y su conocido latiguillo expone un molesto inconveniente que solemos atravesar las gentes de largas patas: no escuchar cuando alguien más bajo habla. En innumerables ocasiones me ha sucedido estar en un grupo compuesto en su inmensa mayoría por gente de estatura promedio y que allá abajo la conversación sea de lo más divertido y tener que agacharme para poder enterarme de qué pasa o que estén secreteando, preguntar de qué hablan y que el que esté más cerca tenga que estirarse para contarme a quién cuerean, ocasionando de este modo que, si ese cuereado estaba en las cercanías, pudiera percatarse de que algo pasa. Se repite esto en los boliches, cuando el volumen de la música hace imposible la comunicación, mi elevada cabeza jamás se entera de que las amigas van al baño y de golpe se ve parada sola en medio de la multitud. Pero sin dudas, el más claro ejemplo me sucedió el jueves pasado: fui con una amiga a mirar vidrieras y entré a una negocio. Cuando salí la busqué con la mirada y como no la vi, seguí mi camino. A las tres cuadras siento que gritan mi nombre, me doy vuelta y la veo venir corriendo, sacando humo con sus pequeñas piernecillas, tratando de alcanzarme. Aparentemente, había estado todo el tiempo a mi lado e incluso me habló, pero como su boca estaba más abajo, no la oí y la tuve corriendo atrás mío el resto del trayecto. De igual forma, llegamos a un acuerdo, yo voy a tomar más en cuenta lo que pasa allá abajo y ella se preocupará por hablar hacia el "allá arriba", omitiendo la pregunta de si hace frío o no.

miércoles, 6 de noviembre de 2013

Bricolage


Serán la hijauniqués, los padres divorciados, el fanatismo por los gatos, pero mi manía principal no es de esas que todo el mundo tiene, como ordenar mucho o acomodar los cubiertos en la mesa en perfecta armonía con el feng-shui. Yo adoro comprar pelotudeces; digamos, somos muchos los chatarreros, pero lo mío viene onda bricolaje: continuamente compro lentejuelas, mostacillas, canutillos, telas, papel barrilete, cola, pinceles, pinturas para tela, lanas, agujas de tejer para hacer eso que vi en utilísima que estaba “rebueno” y que “me va a salir más barato y más lindo hacerlo que comprarlo”. Já. De esta forma, mi casa es una especie de mercería/bazar llena de proyectos ni siquiera empezados por falta de tiempo o inspiración. Cada tanto, siento como me posee el espíritu de una profesora de actividades prácticas de primaria y corro a la librería/ferretería/mercería más cercana para hacerme de todos los enseres que necesito para realizar, por ejemplo, ese lindo biombo con cuentas que vi una tarde de domingo alpedista en algún zapping peregrino en cable. Todos los veranos juro terminar el decoupage de la puerta, barnizar el placard, retapizar el sillón y hasta hacer el murito en el lavadero, pero es al pedo. Siempre hay una monografía final por escribir, uñas por pintar, cajones que ordenar, libros a leer por decimoséptima vez o una siesta por dormir. Y ahí están, apiladas y empolvadas todas las lentejuelas y clavitos, el papel crepé con la cola vinílica, las plumas con el alambre sanmartín, esperando, añejos y opacos, convertirse en algo lindo o al menos regalable.

sábado, 21 de septiembre de 2013

You'll find your happiness in...

¡RIO!

Me voy a Río de Janeiro una semana en enero. La feliz felicidad que cargo ni les cuento. Ahora bien, se viene la señora dieta con toda la fuera. No sea cosa de salir mal en las fotos, ¿no?

lunes, 2 de septiembre de 2013

Se recibe Lola

Ya han pasado 9 meses de este 2013 y sigo debiendo las mismas 5 materias que debo hace 4 años... La única diferencia es que ahora tengo presión real. Hace un tiempito me llegó esto al mail:
"Querida Mariana:
Necesito que este año apruebes 2 materias para mantener la regularidad.
Pueden ser del 2º o del 3º cuatrimestre.
No te dejes estar."
Esa belleza epistolar es obra de la directora de la carrera. Lindo. Conciso. Tajante. Un "a rendir que se acaba el mundo". Jé. Lo simpático de todo es que me llegó en mayo... y yo recién me empecé a hacer cargo hace dos semanas. Y no sé si llego. Ya la cuestión de querer o no querer ni se cuenta. Si cualquier persona me dijera que le quedan 5 materias y la tesis para recibirse, me bajaría los lentes hasta la punta de la nariz, torcería la boca y con mi mejor cara de cobradora de deudas le diría: "¿Y qué cornos estás haciendo que no rendís?". Así que me ando mirando mucho al espejo, pero mi cara a mi no me asusta ni me convence. Ahora incluso me hice un cronograma, resaltado en colores múltiples, con fechas en naranja y nombres de materias en fuccia. Pero (porque los peros siempre sobran) cuando lo miro me ataca un noséqué de "¡¿Y cómo hago?!", y revoleo apuntes, resalto y tomo notas  a lo loco... pero cuando me siento a querer escribir las monografías, mi cerebro se pone en off y delira con el Candy Crush...

Qué cosa, si sigo así, se recibe Lola.

lunes, 27 de mayo de 2013

Mi (casi) idishe mame

Yo digo: La verdad que estos 10 años entre que terminé el colegio y ahora fueron al pedo.

Madre dice: No podés decir eso.

Yo digo: ¿Qué? ¿No me puedo deprimir ahora?

Madre enojada responde: No, porque si vos decís que tus últimos años fueron una porquería, quiere decir que yo que apuesto a vos y te ayudo en todo, aposté al fracaso, entonces mi esfuerzo no sirvió para nada, y vos pensás que yo hice mal las cosas.

Yo digo: Pero yo no estoy hablando de vos, estoy hablando de mí... La que está deprimida soy yo.

Madre cierra diciendo: Bueno, pero como yo soy la que te ayuda, estás diciendo que lo que yo hice no sirvió, entonces me estás insultando!!!

Yo termino diciendo: Bueno, perdoná...


Opciones:

a)Yo limo
b)Mi vieja lima
c)Limamos ambas dos a coro...


¿Ir a terapia de parejas con tu vieja no da, no?


martes, 21 de mayo de 2013

Consuelo de tontos...

Me encontré con una ex muy amiga, ex compañera de colegio... 10 años se encontraron paseando en el centro hoy. Terminamos charlando y poniéndonos al día. Al parecer estamos todos en una crisis existencial de no saber quiénes somos, para qué vivimos y qué queremos; odiando a las casadas, a las madres, a los recibidos "de verdad" (terciario no cuenta), a los que le pegaron de entrada con las carreras elegidas. Concluímos que, como Karina Olga que es no es de la generación que lee libros, nosotras somos parte de la generación que no sabé qué cornos quiere. Nadie nos avisó que a los 18 iba a ser el momento en que más en claro tendrías qué querías, quién te apuntabas a ser y cómo lo ibas a lograr. A lo mejor eras un boludo a rosca, pero tenías la certeza de que eras lo más y que nada podía apartarte de tu objetivo, real o ilusiorio, no importa, porque al menos tenías uno. Ahora te preocupás por pagar cuentas, cumplir como puedas con un laburo que te infecta y si hay tiempo, ser feliz...
Mal de muchos...

miércoles, 15 de mayo de 2013

"Lo bueno si breve, dos veces bueno"

No sé ni me interesa quién fue el pelotudo que acuñó esa frase... pero vaya de mi parte un muy sentido cerrá el pico, salame optimista del carajo... La felicidad breve duele.

viernes, 26 de abril de 2013

Hacé una lista dijeron...

En un intento por visualizar puntos a favor y en contra sobre lo que es mi vida en la actualidad (o mejor dicho, sobre quién soy hoy por hoy), decidí hacerle caso a alguien y armé en Word una lista con lo que me gusta de mí y con lo que no.
La lista de los no tiene 25 dantescos integrantes.
La del sí... titila la barrita del cursor hace 10 minutos y aún no escribo nada...

¡Cacho! ¡Pasame la cicuta!

domingo, 7 de abril de 2013

Let go

En mi casa acá de Posadas, tengo los recuerdos materiales de mi infancia, es decir, los libros, muñecas, barbies y demás de cuando era chica que mi madre extraditó de la suya para hacer lugar. Siempre he sido la mar de apegada a mis objetos y siempre me ha costado mucho desprenderme de ellos. Pero hoy, por primera vez, sentí la necesidad de empezar a dejarlos ir.
Entre las cosas que tenía, había tres Barbies originales en cajas cerradas que me compré hace 13 años cuando fui a Disney. Ya, a los 15 seguía jugando con Barbies y estas me salieron 5 USD, que por ese entonces eran 5 pesos. Nunca las abrí, jamás las toqué, las tenía guardadas para mi hija imaginaria futura.
Esta mañana, me levanté y oí a las nenas de primer piso jugando abajo. Mientras trabajaba corrigiendo prácticos de mis alumnos, seguí oyendo sus risas infantiles y me decidí: fui a donde estaban las muñecas, las agarré y bajé. Llamé a las madres y les expliqué esto. Las nenas me miraban con ojos brillosos y expectantes (me juego que son las primeras Barbies originales que tienen). Las madres no lo podían creer, las nenas tampoco; se sortearon las cajas y ahora las puedo oír jugar y reírse y descubrir sus nuevas pertenencias felices. Y yo me siento feliz de poder desprenderme de cosas sin que me duela, y que se vuelvan sonrisas en mis vecinitas.

lunes, 25 de marzo de 2013

Tilingas everywhere

Hoy fui a inscribirme a un terciario... de nuevo. Sí, así como me gusta cargarme de cosas y tener muy poco tiempo libre, encontré la forma de volver a hacerlo: regresar a las aulas, pero esta vez desde el banco. 
El tema es que ya estoy sabiendo que voy a tener mayoría de compañeras 10 años menores que yo y esa idea, lejos de gustarme, me asusta. Cuando pienso en la posibilidad de tener que escuchar conversaciones sobre Justin Biever y One Direction todas las tardes, las ganas de estudiar se me evaporan. Pero como expresé allá lejos y hace tiempo cuando arranqué con el traductorado: no curso una carrera para hacer amigos, sino para tener otro cartón firmado por el ministro.
Pero bue, llevé la primera tanda de papiros que me pidieron para anotarme y me acerqué a la cartelera para mirar los horarios. Mientras intentaba sacarle una foto a lo que me toca, se me paró al lado una jovencita. He aquí lo que sucedió.


—¡Ay, otra alta! ¡Yupi! ¡Sos alta, más que yo!
—Ajam, ¿estás en primero? —respondí, tratando de ser amable.
—No, en segundo. ¿Qué? ¿Vos sos de primero? ¿Cuántos años tenés? —respondió la infante, con cara de asquito de pendeja concheta pelotuda.
—Muchos, me recibí de otra cosa antes —respondí yo, con voz grave y cara de «a las nenas como vos, las aplazo dos veces al año».

Tengo que prepararme psicológicamente para estar rodeada de una guardería de tilingas. Espero sobrevivir y no matar a ninguna (y que me tomen las equivalencias, así las tengo que ver lo menos posible...)

lunes, 11 de marzo de 2013

Rewind

Mi poder de decisión se resume en lo siguiente:

1- No sé qué cornos hacer
2- Mi vieja opina
3- Yo acato
4- Me quiero matar luego...

Ta, lo sé, soy una boluda grandota (tanto en años como en largo) y pese a mi carácter podrido, rara vez hago aquello que quiera... porque casi nunca sé qué quiero, y cuando lo sé, no me animo o me dejo convencer de lo contrario.

Así que acá estoy, de nuevo en Misiones hace dos días, con muebles, gato y vida.

It sucks to be me... o al menos, me parece.


martes, 15 de enero de 2013

Desvelada

No sé porqué será, pero siempre que tengo que pasar una noche en vela a causa del laburo, esa fatídica mañana siguiente se viene plagada de eventos desafortunados; todo aquello que tengo que hacer no sale y, contrario a lo que seguro están pensando, no se debe a mi estado insomne sino a factores absolutamente externos, como oficinas cerradas, colas interminables, gente mal predispuesta, como si todo el mundo hubiese pasado de largo conmigo y estuviese enojado por eso... Es como si el universo se complotara para que duerma cuando debo y no cuando puedo.

martes, 8 de enero de 2013

Sin fuego/La dieta: el regreso

Hoy será una semana de que empecé a dejar de fumar. El martes pasado caí a lo de un amigo para que me explique cómo funciona el pucho electrónico que se compró mi vieja y él me terminó regalando uno a mí. Partiendo de la base de los casi dos atados por día que me tragaba vorazmente como un dragón a la inversa, el primer día fumé 10, después 6, después 2, después 1, y ahora nada de nada... bah, hoy vi a una amiga, le di una seca al suyo y ya se me pasó. Así que ando chupando mi narguile a pilas que resultó ser de lo más copado: no me mancha los dientes, no me apesta todo alrededor y tampoco me sofoca. Hice la prueba: subí las escaleras corriendo los 4 tramos y llegué arriba fresquita, no bañada en sudor, con la lengua afuera, gateando y completamente azul como la semana pasada. La otra ventaja es que me comprometí a ahorrar lo que no gasto: hasta ahora tengo 60 pesos (10 por paquete, en realidad era paquete y medio o dos por día, pero tampoco puedo ir al cajero todos los días para llenar la alcancía), que hoy serán 70. Matemática básica, al cabo de un año tendré 3650 mangos para irme a donde me lleven (inflación más inflación menos, es buena plata). Eso sí: ando lamiendo hasta los paquetes de lo que me como, que básicamente es TODO lo que encuentro a mi alcance. Parezco una vaca angurrienta que no para hasta que te deja pelado el campo de pasto. Así que bueno, volverá la dieta  por estos lares muy pronto... ¿Me acompañan?

miércoles, 2 de enero de 2013

Una chica del dos mil... trece

Actualizo desde el celu, tengo pucho electrónico, me baje el instragram para creerme fotógrafa y pertenecer al jet set.
La primera persona del año fue una minita caminando con swing hablando por celular. Nada mal, ¿no?
Así que sí, parece que lo pedigüeña surtió efecto y por más que ahora esté en el lado unplugged de la vida, pinta que va a ser un año para decir: "¡Uyyyy cómo estoy!"


martes, 1 de enero de 2013

La primera persona del año (bis)

Anoche acá se largó la tormenta a las 11.15 de la noche cuando estábamos todos en plena bacanal en el patio. El viento nos empezó a volar la peluca a todos y tuvimos que huir para adentro, llevando bandejas y platos a lo loco para que no se nos agüe el vitel toné. Lo bueno es que el 2013 empezó limpio de culpa y cargo porque la lluvia se encargó de lavar los últimos restos de 2012.
El primero de enero de 2011, les conté que en mi microfamilia tenemos la superstición de que la primera persona ajena a tu casa que veas cuando te levantás de la joda el primero de enero simboliza cómo será tu año. El primero de enero de 2012 vi a un vecinito concheto que detesto, que se caga en todos y en todo, rompe cosas, jode a la siesta, es insolente... y así me fue. 2012 fue un año jodido como concheto adolescente.
Oficialmente, ya han pasado 17 horas de empezado el 2013 y aún no me asomé a pispear a quién veo, tengo terror de ver a un leproso, un wachiturro o algo por el estilo. Soy muy supersticiosa y estas cosas me cagan la cabeza. Le vengo haciendo el ole a mirar por la ventana y cuando levanto la vista y vislumbro una silueta a través de las cortinas de voile naranja tang que puso mi madre, muevo rápido los ojos para esquivar el contacto. Claro está que en algún momento tendré que salir y veré a alguien, sólo espero que sea positivo; si me entero ya que 2013 va a ser un año jodido igual que el anterior, hago la gran Edipo, me saco los ojos con una cucharita y "opama la problema".