Groar
Ayer, luego de meses de desearlo con todas mis fuerzas, logré ir al Tigre. Digamos, no es como el esperado viaje a NY, pero parecía igual de inalcanzable dadas las circunstancias. No me gusta hacer cosas sola; si bien disfruto estando conmigo, prefiero compartir, ya sean colas de súper, la ida al laverrap, recitales, y escapaditas, todo es más copado si tenés a quien codear y decir "¿viste tal o cual cosa?". Y domingo a domingo se me caían los planes porque siempre la persona que se había comprometido a ir conmigo era raptada por ovnis, una secta macumbera, un cumpleaños o por la resaca de la noche anterior. Y así, domingo a domingo, yo me quedaba con las ganas de tener: un puff y sahumerios artesanales de ese puesto en el Puerto de frutos. Pero luego de tanta vuelta, caras de culo y decepción, completé mi misión. Una de mis roomies se copó y fuimos. Sacamos fotos, tomamos sol, planeamos futuras visitas y esquivamos gringos y familias con conservadoras. El tema fue volver co...