Los supervisores

lunes, 25 de marzo de 2013

Tilingas everywhere

Hoy fui a inscribirme a un terciario... de nuevo. Sí, así como me gusta cargarme de cosas y tener muy poco tiempo libre, encontré la forma de volver a hacerlo: regresar a las aulas, pero esta vez desde el banco. 
El tema es que ya estoy sabiendo que voy a tener mayoría de compañeras 10 años menores que yo y esa idea, lejos de gustarme, me asusta. Cuando pienso en la posibilidad de tener que escuchar conversaciones sobre Justin Biever y One Direction todas las tardes, las ganas de estudiar se me evaporan. Pero como expresé allá lejos y hace tiempo cuando arranqué con el traductorado: no curso una carrera para hacer amigos, sino para tener otro cartón firmado por el ministro.
Pero bue, llevé la primera tanda de papiros que me pidieron para anotarme y me acerqué a la cartelera para mirar los horarios. Mientras intentaba sacarle una foto a lo que me toca, se me paró al lado una jovencita. He aquí lo que sucedió.


—¡Ay, otra alta! ¡Yupi! ¡Sos alta, más que yo!
—Ajam, ¿estás en primero? —respondí, tratando de ser amable.
—No, en segundo. ¿Qué? ¿Vos sos de primero? ¿Cuántos años tenés? —respondió la infante, con cara de asquito de pendeja concheta pelotuda.
—Muchos, me recibí de otra cosa antes —respondí yo, con voz grave y cara de «a las nenas como vos, las aplazo dos veces al año».

Tengo que prepararme psicológicamente para estar rodeada de una guardería de tilingas. Espero sobrevivir y no matar a ninguna (y que me tomen las equivalencias, así las tengo que ver lo menos posible...)

1 comentario:

Ana Sosa M. dijo...

Jajajaj, qué te puedo decir! Aquí en Atlanta todas mis amigas tienen de 4 a 6 años menos que yo. NO existen personas de mi edad en esta universidad.