Los supervisores

viernes, 14 de diciembre de 2012

Adiós a duendes y princesas

Hoy fue un día difícil, emocionalmente hablando. Luego de haber pasado dos años en el colegio, ya sé que estoy afuera y que no formaré parte del staff el año entrante. Más allá de las deleznables experiencias de este año, que prefiero olvidar (o no, pero eso es otra historia) hay algo que obviamente salvaré: mis peques, y sobre todo, mis duendes y princesas del año pasado.
No soy madre, pero si me preguntan por ese curso o me hablan de él, siempre sale el "tus hijos". Todas las otras maestras saben que para mí lo son y lo serán, y lo que más me duele de no seguir es no verlos crecer. Claro que toda la docenteada con mayor antigüedad me dice que siempre es así al comienzo y que ya me iré acostumbrando a las despedidas, pero ese grupo está integrado por lo más variopinto de las camadas infantiles y, salvando las distancias, son para mí parte de mi vida y mi familia del corazón. Y eso hizo que no pudiera sino despedirme de ellos hoy. Se me escapó, se me salió, se salió la tristeza de mi mente, de mi espalda, de mi alma... salió volando de mi boca como una saeta .. Y si yo estaba mal, la reacción de los enanos no ayudó, porque, ay Dios... Y me duele en el alma que me los quiten, porque si yo fuera tan mala docente y persona, y todos los epítetos que sé y sospecho me han llamado, no se hubiesen puesto así. El amor vence al odio después de todo. Y nos abrazamos, y los consolé y ellos me consolaron a mí.
Vendrán otros colegios, vendrán otros grupos y otros peques... pero como mis hijos no hay ni habrá.
Los amo, sepan que su Miss Mariana los extraña ya mismo "muy mucho" y los ama, porque aprendí mucho con ustedes y me ayudaron a que mi aterrizaje a esta ciudad desalmada fuera más benévolo, a que ir a trabajar todos los días generara una sonrisa, y que un dibujito y un "sos hermosa Miss" son los mejores regalos que puedo tener.

2 comentarios:

Pablo dijo...

Menos mal que nunca se me dio por dar clases en otro ámbito que no fuera en la facultad, ahí no te encariñas ni en pedo. Eso de enamorarse de alumnas es impracticable, todos y todas te rompen las bolas. Los nenes y nenas en cambio deben ser jodidos, si son todos juntos como los hijos de mis amigos cuando se juntan mejor seguir haciendo lo que hago! juaaaaaaaaaa!

Beso

Mariana dijo...

Pablo, vos tenés corazón de piedra y no te encariñás ni con un pollito bebé, chito la boca!