Los supervisores

lunes, 10 de octubre de 2011

Cucos

Y así como tengo mañas, tengo miedos varios. No voy a decir que soy fóbica extrema, pero hay cosas que me hacen cagarme en las patas y, sean racionales o no, los miedos están.

*Las avispas: en Misiones hay muchas, en especial en mi casa del campo, así que es normal verme caminando con un tarro de Raid enganchado en el elástico de la bikini y oír mis gritos pelados en medio del monte silencioso cada vez que aparece uno de esos helicópteros biológicos.

*La niebla, el viento y la oscuridad: será culpa de la colección de pelis de terror que comí de criatura, pero esas tres cosas me dan miedo. Si hay niebla, no salgo de mi casa, si el viento se levanta fuerte, camino rezando y si se corta la luz, me quedo quietita y prendo el encendedor compulsivamente.

*Las víboras: ya tipear su nombre es una hazaña. No las tolero ni en fotos, y si en la tele engancho una propaganda que las muestra, hago uso de mi dedo biónico para safar de ahí. Supongo que haber estado a punto de ser mordida por una yarará cuando andaba chiveando por los pastizales con mis amigas años atrás no pasó sin dejar mella.

*Los espejos a la noche y al oscuro: cuando era chica, una amiga me dijo que si te mirabas al espejo a las 12 de la noche con las luces apagadas, se te aparecía el diablo. Si hay diablo, si hay infierno, son cosas para debatir en otro momento y en otro tipo de plano, pero por las dudas, si la luz está apagada, evito bajo todo concepto siquiera posar los ojos en un espejo.

*La electricidad: cuando tenía 8 años quedé pegada a una heladera en Brasil buscando un picolé, con el resultado de que una conocida empresa de helados de dicho país pagó todos los gastos médicos y me regaló tres cajas de dicho heladito. Pero el resultado fue claro y hoy no te cambio una bombita sin bajar el disyuntor y encajarme cuanta cosa de goma haya a mi alcance.

*A las multitudes: no importa si al aire libre o en el subte, no puedo soportar estar aplastada por otra gente. Hace unos meses me subí al subte en hora pico, y aunque fueron sólo dos estaciones, la cantidad de gente y la presión era tanta que me entré a asfixiar y sentí que el techo y las paredes se cerraban, como en la mejor de las trampas de película de Indiana Jones. Es por esto también que puedo decir que soy "pogofóbica" y que prefiero ver al artista desde el mejor de los costados que pasar por la experiencia de estar en el mar de gente con tal de llegar a la valla. En mi defensa puedo decir que hace años me caí en un pogo de la Bersuit y pasé tres canciones en el piso sin poder ser levantada, comiendo tierra y pisotones varios. Lo copado fue que gracias a esto pasé el resto del reci en la ambulancia con oxígeno al costado del escenario, sentada y viéndolos desde muy cerca.

¿Ustedes qué cucos tienen?


edit: ¡Feliz cumple Ariel!

4 comentarios:

Dark Knight dijo...

Graaaaaaaaaacias por el saludo :D:D:D:D te debo un helado (tomás helado, no?)
Fobias no tengo muchas, pero comparto la de las avispas, les tengo mucho miedo, pican, duele y te pueden volver a picar, además que son más agresivas que las abejas ¬¬. Avispas putas.
Las serpientes tampoco me caen mucho en gracia, pero nunca estuve cerca de ninguna como para sentir miedo por ellas, estoy seguro es solo cuestión de encontrarme con una cobra y gritaré por mi vida.... o la mato a cuchilladas, quien sabe que pasará?.
Si los pogos me dieran miedo mis recitales serían TAN aburridos, un poqutito me gusta poguear, eventualmente me voy para donde pueda estar tranqui y escuchar a la banda como se debe.
Nuevamente gracias por la mención. Un beso :D

Mariana dijo...

Acepto el helado, chiste nomás!

LulúLaRú dijo...

Cucarachas, arañas, serpientes -nunca vi de cerca pero creo que me paralizarían-, pogos, vagones de subte a las 7 de la tarde, psicóticos, gérmenes, asesinos seriales y violadores sueltos, stalkers, soledad, sapos y ranas, caminar sola de noche por ciertos lugares, no poder confiar en la gente. Entre otros.

Dark Knight dijo...

Bien, cuando quieras podrás reclamarlo :D