Los supervisores

miércoles, 27 de noviembre de 2013

Déjà vu lactante


Ayer tuve que hacer acto de presencia en un ritual popular llamado "fiesta de un año del bebé de una amiga" y, rodeada de ese mundo de cochecitos, chizitos, sopresitas, mocos y Sapo Pepe, tuve un déjà vu... de golpe me di cuenta de que la situación se me presentaba similar a una de cuando tenía 12 años,  cierta vez que nos rateamos con las chicas y terminamos en una farmacia/supermercado mirando toallitas (no había shopping en Posadas por aquel entonces) y todas empezaron a señalar las que usaban y a decir cosas de las alas, los geles, los tampones desvirgantes y demás… y cuando me preguntaron qué marca usaba yo, bajé la cabeza, me puse colorada y con mucha mucha vergüenza y pena confesé que no me había venido todavía. Inmediatamente, me consolaron (?) sosteniendo que ya me iba a llegar (???), pero claro, me sentía un marciano o, como recuerdo haberle dicho a madre en ese momento: “como una cucaracha entre hormigas”.
Y ayer me sentí parecido, pero sin vergüenza ni sonrojación, pero sí como una especie de marciana que no cambia pañales ni esteriliza tetinas ni conoce de pediatras y piensa que caca es caca, no un test de Rorschach bioquímico a descifrar… igual no es un tipo de marcianitud que me desvele, ojo, por mí que siga esperando, todavía no conozco Europa. Más bien diría que, pasada la incomodidad de un principio, esta vez fui una cucaracha con lentes de sol y stráss en el lomo.

1 comentario:

Andrea dijo...

desde los 16 y no con las toallitas..vengo experimentado esa rara sensación propinada por mis amigas y sus proles mercenarias jajja de tia todavia soy feliz...