Los supervisores

domingo, 5 de septiembre de 2010

No me peso nada

Estoy de turista en casa de mi madre. La balanza se quedó sin pilas, así que lo tomo como un presagio del desastre cometido y postergo la intriga hasta mañana. (¿evasiva yo?). Si ya sé que me va a decir que engordé, ¿para qué torturarme con sus numeritos hoy domingo, día deprimente sin que lo ayuden? No. Mejor espero a mañana lunes, cuando vuelva a mi rancho, y me enfrente a la balanza de médico heredada de mi viejo, que te bate la justa sin anestesia.

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