Destripadora
He vivido sola por los últimos 9 años, y sin embargo había algo que jamás me había atrevido a hacer. No es cambiar el sifón del inodoro, ni destrabar la rejilla del baño sin guantes, ni taladrar una pared ni hacerme una mesa ratora, en eso soy experta. No, es algo que también requiere ensuciarse las manos, romper un par de piezas, quedar con olor a podrido en la piel...
Bueno, me dejo de misterios: acabo de trozar un pollo crudo por primera vez. "Para eso tanto preámbulo" pensarán, pero para mí, amante de lo congelado, de las latas y de las verduritas que te venden prolijamente cortados los verduleros, es una proeza. Es más, lo trocé, lo pelé y lo deshuesé, sin desperdiciar nada. Já. Ahora me falta aprender a revocar una pared, y ya estoy hecha.
(No me miren así, ¡es un momento trascendental en mi economía doméstica!)
Comentarios
Mirá, yo esas cosas las sé: voy a un par de cuadras, meto todo en el lavarropas y ya! Magia!
Besos
Eso sí, avi-varse y usar guantes pa evitar el olor aviar va como piña!