Los supervisores

domingo, 29 de agosto de 2010

Esta semana

Esta semana me mudé a mi casa otra vez. Con la tesis y la malaria económica había reculado al depto de mi vieja, pero como ahora ya terminé y algo de platita entra, ya puedo estar en casa.
Por consiguiente, esta semana me moví un montón, por hacer ejercicio y no gastar, caminé para todos lados muchísimo.
También, esta semana, como estaba sola en casa, apenas si comí, porque cocinar para una misma es un embole, y porque como no me tiento no tengo hambre.
Esta semana además tuve que ordenar mi casa (y la sigo ordenando) porque traje cosas de la de mi vieja que no tengo donde guardar, así que moví cajas, me subí a sillas, corrí muebles, lavé y barrí pisos, en fin, todas esas cosas que a las Ingals les garantizaban una silueta perfecta más allá del corset.

Y esta semana señores... SOLAMENTE BAJÉ 800 GRAMOS.

¿Qué derecho tiene mi metabolismo a quedarse cómodo y no hacerme bajar muy mucho si no comí y me moví como una loca? ¿Está enojado conmigo porque no le doy más el gusto con las milanesas? ¿Me quiere sabotear mi llegada espléndida al verano? No lo sé, lo único que sé es que si pudiera meterme dentro mío y encontrarlo a Don Metabolismo lo cagaría a trompadas... He dicho

1 comentario:

Vane en kiwilandia dijo...

maldito metabolismo! Te está tomando el pelo!
(y ya sabés que la vida Ingalls no garantiza una figura esbelta... te lo digo yo!)