Los supervisores

miércoles, 28 de julio de 2010

Permití-dos

Hoy rompí la dieta: me comí dos pedacitos de milanesa en sándwich y seis galletas sin gluten con gusto a queso.
Antes de ayer, había ido a ver a un amigo que es Maestro de Pakua, una especie de ensalada marcial que toma lo mejor de la sabiduría china (al menos eso es lo que entendí).Martín, el Maestro, me hizo un par de preguntas, con cara de serio y reflexivo, y me dijo que combinando masajes, acupuntura y entrenamiento, el me va a ayudar a no sólo dejar de morfar, sino a también dejar de fumar, bajar el estrés, sentirme joven (loco, tengo 25 nomás), y no sé que más. Yo que lo conozco hace bastante, le tomé la palabra y quedé en que el miércoles a la mañana volvía para que me haga la entrevista de "perfil" y empezar con el proceso. También me conozco bastante a mí, y sé que soy de esas minas que pagan el mes de gimnasio adelantado, hace un sesión y no vuelven nunca más. Pero prometí hacer el esfuerzo de ir, porque estoy motivada... Igual ya le fallé: me dijo que todo el martes tenía que comer solamente frutas. Pero al mediodía, la verdad que el hambre pudo más y le entré al pescado a la portuguesa... Igual es pescado, no engorda, ¿cierto?
Pero lo peor vino a la noche, cuando mi madre compró milanesas, y ahí se desvaneció por completo mi fuerza de voluntad y no pude negarme a entrarle a dos sándwiches con lechuga y Sabora. Yo sabía que esto no iba a ser fácil, y que mañana cuando vaya Martín me va a retar en chino... mientras no saque la Katana y me haga la gran Kill Bill todo bien.
Veremos, por ahora sigo caminando e intentando no sucumbir a la tentación de ir a la panadería a comprar mosaiquitos.

No hay comentarios: