Los supervisores

domingo, 3 de mayo de 2015

Pasos sobre el cristal

«Sos demasiado buena...»
«Sos una dulce...»
«Sos demasiado inocente...»
«Tenés que dejar de mirar a la gente con el filtro de tus expectativas y empezar a verlas por como son...»
«Pará de esperar lo que deseas de las otras personas y empezá a ver qué es lo que están dispuestas a darte...»
«Dejá de darle pasto a los camellos... la gente es como es, no como vos te imaginás que son».
«No podés andar regalándole un pedacito de tu corazón a cuant@ nab@ conocés, Mariana, no es sano».


Tantas miles de veces he des(oído) esos consejos/palabras... y tantas otras sufrido las consecuencias sentimentales (y físicas) de no lograr protegerme de los embates del mundo y sus habitantes... Ya corren tres décadas de construir castillos en el aire y dar pasos sobre el cristal con sandalias de pluma, rezando, rogando y esperando que no cruja... Sin embargo sigo teniendo la estabilidad emocional de una nena de cinco años que va por la vida regalando corazones mal trazados en papel de estraza.

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